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Edoardo Zegna revela su oasis secreto y comparte su filosofía de trabajo sustentable

Edoardo Zegna nos cuenta cómo nació este proyecto que combina la ecología, el mecenazgo y arte contemporáneo que ahora se apodera de Milán con una instalación en la Piazza Duomo.
Edoardo Zegna
Cortesía.

“Me hubiera gustado conocer a mi bisabuelo Ermenegildo”, así comienza Edoardo Zegna esta plática. El hoy director de marketing digital y sostenibilidad –y cuarta generación de la familia– se abre en una de las pocas entrevistas que ha concedido.

Y es que aquí nos presenta Oasi Zegna, un proyecto que conjuga los proyectos de sostenibilidad para el futuro de la firma, así como el arte y sus principios de mecenazgo y comunidad.

“Si tuviera que describir a mi abuelo, me lo imagino movido por una sana locura, un estado en su ser que le permitía expresar cualquier tipo de emoción y creatividad en un estado puro”. Y es que además de haber fundado una fábrica de lana en las montañas del Biellese, que con los años se ha convertido en una maison polifacética, fue él quien, en los años 30, puso en marcha en esas mismas cumbres un proyecto de valorización del entorno, de la naturaleza y también de la comunidad local, y fue en 1993 que este lugar fue bautizado con el nombre de Oasi Zegna.

ZoneCreative S.r.l.

Todo empezó con una carretera, la vía 232, que sube desde los 700 metros sobre el nivel del mar (en los valles que rodean Trivero, donde se encuentra la fábrica de lana) hasta los 1,800 metros de las cumbres más altas. “¿Qué cómo surgió el proyecto? Yo me imagino al bisabuelo de 30 años que, desde su oficina en la fábrica, decide dar un paseo por la montaña y, sentado en una roca, se echa a reír y se dice a sí mismo ‘¡Hagámoslo!’ y así planta medio millón de árboles, creando después, precisamente, un entorno en esa carretera de 26 km que une valle y montaña”.

Pero eso no es todo: Ermenegildo Zegna también pensó en un proyecto para los empleados y la comunidad local. Edoardo continúa: “Convencido de que la mejor manera de que una persona se expresara dentro de la empresa era crear un entorno social de intercambio y servicios a su alrededor, mi bisabuelo construyó una piscina, una estación de esquí, un hospital con una pequeña iglesia, un orfanato, casas y tiendas en los alrededores de la fábrica: un verdadero ecosistema pensado para sus empleados”.

Oasis Zegna

La suya fue una visión única: Ermenegildo consiguió conciliar el espíritu empresarial, la ecología antes de que este concepto existiera y el mecenazgo. Y ahora todo esto se ha convertido en un libro, Born in Oasi Zegna (editado por Rizzoli, Estados Unidos).

“Las generaciones anteriores a la nuestra tuvieron la importante tarea de proteger el oasis y su magia y consiguieron mantener en equilibrio entre la naturaleza, la industria y la comunidad. Hicieron un gran trabajo y tenemos la suerte de contar con un lugar que ha conservado los valores de sus orígenes como un precioso legado”. La tarea de quienes actualmente custodian este extraordinario patrimonio es comunicarlo y compartirlo con el mundo.

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El hijo de Gildo Zegna prosigue: “Queríamos rendir homenaje al fundador de la empresa y a todo lo que la rodea. La pregunta era: ¿cómo contar la historia de la casa y el corazón de nuestros valores, la emoción de todo lo que vivimos? Durante 110 años esta historia ha permanecido tan pura, ¿cómo transmitirla con un enfoque igual de cristalino? Así que quisimos desgranar lo que es un mito verdaderamente complejo, en elementos sencillos, que se interpretaran con emociones diferentes en cada lectura. Born In Oasi Zegna es casi un libro para niños; el carácter esencial de los elementos devuelve a su estado original la pureza que constituye el verdadero lujo de esta joya enclavada entre los valles bielleses y los Alpes”.

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Al leerlo, te involucras inmediatamente en las anécdotas, la narración de experiencias personales y emotivas que transmiten fácilmente estos conceptos y valores. El mero hecho de hojear las páginas del libro estimula los sentidos de forma diferente en cada página, gracias también al uso de un papel especial fabricado con lana, algodón y pulpa de madera. Las historias incluyen el nacimiento del mecenazgo hacia los artistas que apoyaba Ermenegildo y su amistad con Ettore Pistoletto Olivero, padre de Michelangelo, quien, entre otras cosas, firmó la Sala Quadri con obras dedicadas al proceso de tratamiento de la lana.

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Siguiendo el espíritu del patriarca de esta firma, la fundación que lleva su nombre persigue el “dar de regreso” a través del arte con obras como All'aperto, de Daniel Buren, y Green Mind, de Michelangelo Pistoletto: “Invitamos a colaborar con nosotros a artistas que sepan contar este mito en su forma más pura, porque el arte es emoción y habla al corazón. Y por eso hemos elegido, entre muchos, a los que tienen una mirada más infantil, casi lúdica, capaz de dar ligereza al proyecto”.

¿Cómo debemos leer Born in Oasi Zegna?: “El libro está dividido en estaciones, cada una de las cuales cuenta un estado de ánimo. El capítulo más representativo es el otoño, con los colores que se han convertido en icónicos para la marca. El follaje que se puede admirar desde el Zegna Panorama, que también da nombre al color que se aprecia en nuestras colecciones”.

“Uniendo inextricablemente las líneas y el lugar donde nacen, están las dos rayas que caracterizan cada producto Zegna y representan el camino que creó el fundador: Es un camino de emociones y las dos rayas, en el color del follaje, son una ventana a nuestro mundo. El vínculo con el genius loci se sugiere también en el nombre de las colecciones que mantenemos, Oasi Cashmere y Oasi Lino, con una trazabilidad certificada del 100% de los productos, uno de nuestros mantras es que somos uno de los pocos grupos del mundo que posee toda la cadena de suministro. Hablamos, por ejemplo, de preservar la ruta ‘de la oveja a la tienda’, ya que también poseemos una granja en Australia. Y la comunicación de nuestros productos también es parte del oasis. Nuestras campañas publicitarias se ruedan en invierno en Trivero, mientras que en verano buscamos otros oasis por el mundo”.

Andrea Adriani.

Con motivo del Salone del Mobile 2024, y la Design Week, Oasi Zegna llegó a Milán: la maison (además de presentar oficialmente el libro) desveló la reinterpretación de los parterres de la Piazza Duomo –que ellos curarán durante los próximos tres años en colaboración con el ayuntamiento local– con la vegetación autóctona del oasis: Cuatro líneas de arbustos de hoja perenne que acogerán, en rotación, rododendros desde el otoño hasta finales de la primavera, para así experimentar en la ciudad una muestra de la icónica floración en el Valle de los Rododendros, uno de los más fotografiados de las montañas de Biella. Y después veremos los filadelfos en los meses siguientes para garantizar la estacionalidad de las plantas, que se replantarán sobre Biella tras ser sacadas de la Piazza Duomo. “Durante toda la semana, también abrimos al público las puertas de nuestra sede en Via Savona para vivir una gran experiencia de inmersión”.

Mientras tanto, en el Oasis continúa la reforestación: “Sembrar un árbol es un gesto maravilloso. Plantamos en la ladera de una montaña, en el llamado Baby Forest, un pino por cada niño que nace en el hogar de cada uno de nuestros empleados y damos nombre al árbol (en los diez primeros años del proyecto se plantaron más de 1,000 árboles). Y estamos haciendo crecer otro nuevo bosque. Regalamos simbólicamente a nuestros clientes un árbol, que vamos a plantar inmediatamente, y ellos también pueden apoyar este proyecto que nació con mi bisabuelo, que fue tan visionario que era un ecologista cuando el término ni siquiera existía todavía”.

El hashtag concebido por el director artístico de Zegna, Alessandro Sartori, #UseTheExisting, define pues el enfoque sostenible y responsable de todos los aspectos de la vida en este Oasis: Los árboles caídos se utilizan para hacer marcapáginas de madera, los residuos de cualquier tipo se reducen al mínimo en la empresa y se obtienen nuevos tejidos y materiales mediante el upcycling de los ya existentes. Esta filosofía ha ganado varios premios, entre ellos el CNMI en Reconocimiento a la Sostenibilidad en los Green Carpet Fashion Awards de Milán en 2019 y al año siguiente el Adi Design Index Innovation Award. Se trata de uno de los pilares de lo que Zegna llama “Our road to tomorrow”, el camino que inspira las dos rayas que figuran en las prendas y accesorios de la maison, mucho más allá de una peculiaridad gráfica, son el símbolo de un compromiso.

“Nos gustaría que dentro de 10 años estas dos rayas fueran más reconocibles que la propia marca, porque simbolizan la vivencia de un legado hecho de valores que hay que llevar con orgullo”, comenta Edoardo. Oasi Zegna, que en 2014 contó con el patrocinio de FAI (Fondo Ambiental Italiano), es un estilo de vida, pero también un mundo en sí mismo: Una joya por conocer, a 120 km de Milán.

Seiscientos invitados tuvieron la suerte de visitarlo en una ocasión especial, el 22 de junio de 2022, con motivo del desfile de moda Primavera-Verano 2023 que tuvo lugar en el tejado de la fábrica de lana.

Edoardo Zegna explica: “Fue el primer paso para revelar este territorio como un verdadero lujo”. Y concluye esta conversación con algunas de sus sugerencias sobre las mejores vistas para quienes decidan apuntarlo en su lista de destinos: “Mirando hacia el norte desde el Monte Marca o desde la pequeña iglesia de San Bernardo, se ven montañas, verdor y cielo y parece que el hombre no existe. Otra vista muy especial es, sin embargo, la que se tiene hacia el valle del Po cuando las nubes lo cubren todo y parece casi estar en Big Sur, California”.

Artículo originalmente publicado en Vogue Italia, vogue.it.