Si vas pronto a Nueva York o, por casualidad, ya estás allá: aquí tienes algo que te gustará. A partir de este 1 de mayo, Dior y The Lowell Hotel pondrán a disposición al público un servicio de té por la tarde en el restaurante del hotel, Majorelle.
Pero no esperes sólo unas servilletas bordadas con un logotipo (aunque las tienen). La maison francesa ha diseñado todo, desde la vajilla hasta los dulces, con los códigos de la casa: además de clásicos como los sándwiches de pollo al curry y los scones, hay un pastel de cuajada de limón llamado “Happiness Pink” que hace un guiño al adorado tono rubor de Christian Dior. El té estrella es el “Jardin Bleu”, una infusión negra con notas de ruibarbo, fresa silvestre y aciano. (Una ofrenda simbólica, ya que Dior fue un apasionado de los jardines durante toda su vida, encontrando una fuente inagotable de inspiración en el paisajismo de la casa de su infancia, Villa Les Rhumbs. “Tengo los recuerdos más tiernos y asombrosos... de la casa de mi infancia. Diría incluso que mi vida y mi estilo deben casi todo a su emplazamiento y a su arquitectura”, escribió en su autobiografía “Dior by Dior”).
Como no podía ser de otro modo, las flores son un motivo recurrente. La porcelana blanca de Limoges está adornada con lirios de los valles, al igual que las galletas de té y los uniformes de los camareros: “A Christian Dior le encantaban los lirios de los valles; incluso cosía una ramita en el dobladillo de sus vestidos para los desfiles”, explica a Vogue Cordelia de Castellane, directora artística de Dior. Además, el 1 de mayo –día de su inauguración en Nueva York– es la “Fiesta del Muguet” en Francia. Los franceses acostumbran a regalar lirios del valle a sus familiares para atraer la buena suerte. En el Majorelle, los invitados también recibirán un racimo de la flor para guardárselo en el bolsillo.
El verde está por todas partes, desde las servilletas a las teteras, pasando por los manteles. También es un guiño al propio Dior: “El verde es el color de la naturaleza, que cautivó a monsieur Dior, fascinado por la infinita belleza de las flores. Es un color que combina con todo y que nos encanta utilizar en nuestras colecciones de la casa Dior, en homenaje a su eterno amor por los jardines”, explica de Castellane. Y, aunque la ciudad de Nueva York está lejos de la idílica campiña francesa donde creció Christian Dior, quizás él también se alegraría con los coloridos tulipanes de Park Avenue que se encuentran a unos pasos de Lowell.
El té de la tarde de la maison Dior se servirá de 12:30 a 16.00 horas, de miércoles a domingo en el restaurant Majorelle del The Lowell Hotel.
Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com
