Reciclar el excedente de prendas es una práctica que más marcas deberían tener

Cada año se producen entre 15.000 y 45.000 millones de prendas que nunca se venden ni se usan. Entonces, ¿por qué no hay más marcas que las aprovechen?
Modelo con vestido rosa y tenis de colores
Foto: Nacho Alegre, Vogue México, Junio 2021.

Es el sucio secreto de la moda: cada año se producen entre 15.000 y 45.000 millones de prendas que nunca se llegan a reciclar, no venden ni se usan, y una gran parte acaba en el vertedero o incinerada. Pero, aunque cada vez más diseñadores como Marine Serre, Ahluwalia y Conner Ives, han empezado a reciclar materiales y prendas preexistentes, son muy pocas las marcas y los minoristas que aprovechan realmente sus propias prendas agotadas.

Por eso es tan interesante la nueva colaboración de ELV Denim con The Outnet. La marca de **upcycling **con sede en Londres, fundada por Anna Foster en 2018, ha trabajado con el minorista en línea para reutilizar su stock muerto, lo que ha dado como resultado una colección cápsula de 50 piezas, que van desde vestidos mitad y mitad, hasta una falda midi de cuero con flecos reciclada a partir de leggings de cuero.

"Hablamos por primera vez de la oportunidad de trabajar juntos hace dos años", cuenta Foster a Vogue por teléfono, mientras corretea se mueve entre reuniones. “Fui y pensé: ‘¿Podría tomar el inventario sobrante de The Outnet y convertirlo en una colección?’”

Después de largas discusiones internas, The Outnet aceptó la idea, y la colaboración ofreció importantes ideas sobre cómo el minorista puede hacer uso de su stock muerto en el futuro. "Esta fue una nueva forma de trabajar para ambos, desafiando nuestro pensamiento y enfoque y estableciendo nuevos procesos", dice Emma Mortimer, directora general de The Outnet.

La colección cápsula de ELV Denim X The Outnet incluye una falda midi de cuero con flecos, confeccionada con leggings sobrantes.

Cortesía.

Trabajar con excedentes de inventario altera el proceso creativo tradicional; significa diseñar con lo que se tiene, en lugar de permitirse el lujo de encargar rollos de tela. "Nos regimos mucho por lo que tenemos delante; hacemos coincidir la tela con la forma que debe tener", explica Foster. "Con los vestidos mitad y mitad, sólo había 12, así que sólo se pueden hacer 12".

El uso de stock muerto también tiende a ser más laborioso, ya que ELV Denim se asocia con sus ateliers de confianza en Londres para producir cada pieza. "A veces tienes que enfocar [cada artículo] de una manera diferente; eso requiere un poco de pensamiento, un poco de proceso", dice la diseñadora. "No habíamos tenido en cuenta que tendríamos que examinar el material y comprobar si estaba dañado; algunas piezas no estaban en perfectas condiciones porque habían estado en un almacén".

E.L.V. DENIM x THE OUTNET UPCYCLED EXCLUSIVECortesía.

De hecho, las dificultades que plantea el reciclaje de prendas preexistentes hacen que sean sobre todo las marcas más pequeñas las que han adoptado esta práctica, mientras que otras más grandes la han utilizado para crear colecciones cápsula. En diciembre, Diesel se asoció con su competidora Lee para crear una gama (ya agotada) de vaqueros confeccionados a partir de las existencias de ambas marcas, bajo la etiqueta Diesel Loves Lee, y el 100% de los beneficios se destinaron a ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados.

"Glenn Martens, creativo de Diesel, explicaba en una reciente entrevista a Vogue: "No puedo responder a esto yo solo, pero sé que puedo formar parte del cambio. Todos tenemos tanta mercancía que se queda sin vender, así que espero que esto sea una llamada a la acción para que otras empresas de moda hagan lo mismo."

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Sin embargo, el diseñador admitió que llevar la colección cápsula a los consumidores no fue tarea fácil, ya que todo el proceso –que incluía abordar los diferentes ajustes y acabados– tardó tres años en completarse: "Es más fácil crear algo nuevo que reciclar una prenda, sobre todo cuando los clientes quieren que algo tenga exactamente el mismo aspecto que en Internet", afirmó.

De hecho, para las grandes marcas, poder ampliar el proceso de reciclaje es un obstáculo importante: "A las grandes empresas les costará encontrar un proveedor que fabrique grandes volúmenes", afirma Dio Kurazawa, fundador de la consultora de moda sostenible con base en Amsterdam, The Bear Scouts. "[El reciclaje] también supone mucho más trabajo para el fabricante y, por tanto, un mayor coste [financiero]".

En la actualidad, el **upcycling **de prendas preexistentes suele implicar cortarlas y empalmarlas, lo que crea una cierta estética de patchwork. Las marcas que quieren reciclar sus hilos y volver a transformarlos en nuevos tejidos se enfrentan a un reto aún mayor: "La circularidad y la capacidad de reutilizar hilos procedentes de residuos exige una planificación al principio de la fase de diseño", prosigue Kurazawa. "Cualquier momento posterior es demasiado tarde".

Aun así, Foster mantiene la esperanza de que más marcas se sientan inspiradas para seguir su ejemplo, y piensen de forma innovadora. "Mi visión es que esto sea un modelo para que otros minoristas y marcas [vean] que esta es una forma realmente eficaz y significativa de utilizar el exceso de inventario", dice. "El upcycling puede ser un modelo de negocio exitoso: proporcionamos una solución de una manera realmente creativa y sostenible".

Artículo originalmente publicado en British Vogue, vogue.co.uk