La guía con los 10 consejos detox fáciles de seguir, para ponerte en forma luego de diciembre (y sus excesos) está aquí. Vogue reúne los consejos sanos y efectivos de los expertos.
A pesar de las mejores intenciones y propósitos, todos los años ocurre lo mismo: llega enero y, en lugar de entrar en el nuevo año, llenas de energías renovadas, nos encontramos hinchadas y agobiadas por las fiestas y los excesos del combo Navidad-Año Nuevo (o maratón ‘Guadalupe-Reyes’, como se le conoce en México).
De hecho, según informa el Instituto Nacional de la Salud de Italia, los estudios concluyen que desde la última semana de noviembre hasta la primera de enero, la mayoría de los adultos engordan en promedio medio kilo. Y no ayuda que enero, calificado como el peor mes del año, sea más frío y oscuro, lo que no favorece ni el ánimo ni la motivación.
Por eso conviene hacer algo al respecto, pero sin recurrir a remedios extremos ni a dietas milagrosas de choque con efecto rebote.
Sencillas estrategias alimentarias y de estilo de vida encaminadas a desintoxicar el organismo y reequilibrar el microbioma intestinal alterado por los dulces, las frituras y el sueño desordenado pueden ayudarnos a recuperar la forma tras las fiestas. Realizar un auténtico reset puede hacernos sentir rejuvenecidos y ligeros y listos para afrontar el Año Nuevo con garra.
10 trucos detox en alimentación y de estilo de vida para aplicar después de diciembre:
Para eliminar tentaciones, libra tu refri y despensa de comida basura y alimentos que puedan seguir intoxicándote: como alimentos ricos en azúcar refinada, grasas hidrogenadas, harina blanca refinada, productos lácteos, embutidos, alimentos de soya transgénica y, por supuesto, el alcohol. Y abastécete de alimentos sanos, frescos y nutritivos como verduras, frutas, pescados y carnes magras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, kale y aceite de oliva virgen extra.
¿La forma más fácil de desintoxicarse? Beber al menos 2 litros de agua al día fuera de las comidas, como recomiendan los especialistas, para rehidratar el organismo ya cansado por el exceso de alcohol y estimular la diuresis; empezando por el ya famoso vaso de agua caliente con limón por la mañana, que ayuda al hígado a depurarse. Para hacer más agradable el proceso, aromatiza esta agua con rodajas de limón, naranja, manzana y pepino, o con hojas de menta.
El té verde contiene clorofila y flavonoides como las catequinas, antioxidantes que favorecen las funciones de desintoxicación del hígado, aceleran el metabolismo, combaten el envejecimiento celular y embellecen la piel. Prueba sustituir tu taza de café matutina por una taza de té verde sencha o bancha. O un té matcha, o matcha latte, una especie de café con leche hecho con polvo de matcha, un precioso té verde originario de la China imperial, que es todo un concentrado de antioxidantes.
Las verduras de hoja verde (cuanto más oscuro sea el verde, mejor), especialmente crudas, ayudan al proceso de desintoxicación, neutralizando pesticidas y metales pesados en el cuerpo, y gracias a su alto contenido en fibra favorecen el ritmo intestinal y la eliminación de toxinas. Prepara ensaladas mezclando espinacas, rúcula y col rizada, por ejemplo, y enriquécelas con coloridas verduras crudas como zanahorias, rábanos y pimiento rojo para obtener un nutritivo cóctel de antioxidantes.
Aunque no es ideal en ambientes sociales, por su intenso olor, el ajo es crucial para favorecer la desintoxicación del organismo: contiene azufre, alicina y selenio, sustancias que ayudan al hígado a excretar toxinas. Utilízalo de forma creativa como en una mezcla de ‘ajo miel’ y, si gustas, cómelo crudo para aprovechar todos los beneficios, picado muy fino y añadido a aliños de ensaladas, así como a sopas y risottos.
Ayuda a tu hígado y toma suplementos que favorezcan sus funciones depurativas, como los de base de cardo mariano (disponible en tintura o extracto seco), una planta que crece en el centro y sur de Italia y que contiene un complejo de principios activos conocido como silimarina, que protege el hígado, regenera sus células y ayuda en los procesos de intoxicación.
Esta puede ser una buena oportunidad, si aún no lo has hecho, para probar el ayuno intermitente, un sistema de alimentación que consiste en comer en un período corto de tiempo, normalmente 8 horas, y luego ayunar durante 16 horas. Este método permite que el sistema digestivo descanse y puede hacernos sentir más vitales y enérgicos. Y si consumimos alimentos saludables cuando comemos, puede ayudar al proceso de desintoxicación. Recuerda siempre consultar con tu médico antes de intentarlo.
Parece un consejo elemental, pero si de verdad queremos hacer un detox, aunque sea por poco tiempo, es esencial evitar los restaurantes en la medida de lo posible. Al preparar las comidas en casa, podemos vigilar la calidad y frescura de los alimentos que utilizamos, moderar el uso de la sal y evitar por completo el azúcar y las grasas malas. Además, podemos elegir métodos de cocción saludables y ligeros, como hornear o cocinar al vapor. Cuando decimos ‘lo que quieras’ no nos referimos a las papas fritas ni otros alimentos procesados, claro está.
Sí, porque la práctica del yoga tiene, entre sus innumerables beneficios, también un efecto desintoxicante. Las posturas de yoga, y en especial las asanas de torsión, aumentan el flujo sanguíneo a los órganos internos, los oxigenan y masajean, y estimulan sus funciones, incluyendo la digestión y la expulsión de toxinas.
La piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo, no sólo protege contra los agentes externos, sino que también ayuda a la eliminación de toxinas a través del sudor. Sal a correr por el parque o salta la cuerda en casa. O mejor aún regálate una sesión de sauna finlandesa o baño turco, que no sólo nos ayudan a desintoxicarnos, sino que además nos proporcionan una piel tersa y radiante y nos calientan por dentro, que en esta época del año es algo más que necesario.
Artículo originalmente publicado en Vogue Italia, vogue.it.
