Significado e importancia de las etiquetas Made in en la ropa

Analizamos qué podemos aprender realmente de las etiquetas "Made in" de nuestra ropa.
Raquel Zimmermann vestido ojo significado de las etiquetas made in en la ropa
Raquel Zimmermann.Foto: Mark Borthwick, Vogue, Octubre 2023.

Durante mucho tiempo, etiquetas como "Made in Italy", "Made in France" y "Made in the UK" han representado una marca de calidad para los compradores, y señal de que sus prendas y accesorios han sido fabricados de forma ética. Pero la reciente revelación de que se habían puesto etiquetas "Made in the UK" en prendas de la marca inglesa Boohoo que, en realidad, se habían confeccionado en Pakistán y otros países del sur de Asia, ha vuelto a plantear dudas sobre el valor de las etiquetas "Made in" (Hecho en).

"Carece relativamente de sentido", explica a Vogue Paul Roeland, coordinador de transparencia de Clean Clothes Campaign. "Probablemente, no es lo que la gente quiere oír, pero en realidad no se pueden tomar decisiones más sostenibles basándose en la etiqueta 'Made in'".

Una de las razones es la falta de regulación, sobre todo en la Unión Europea, donde los requisitos de etiquetado se centran en la composición material de la prenda, y no en el lugar de fabricación. En EE.UU., la ropa debe llevar la etiqueta "Made in", y las normas establecen que el país de origen debe ser aquel en el que los componentes del producto se hayan "ensamblado en su totalidad".

Dada la complejidad de la cadena de suministro de la moda, las normas están abiertas a la interpretación: "Hay lagunas, cuando la parte de la producción que requiere más mano de obra –por ejemplo, bordados elaborados, lentejuelas– se hace en paneles y luego los paneles se ensamblan en el país 'Made in'", explica Roeland. "Eso se aplica sobre todo al lujo".

Aunque esto entra dentro de las directrices estadounidenses, también ha habido ejemplos de marcas que afirman que los productos se han fabricado en países en los que solo se han hecho los últimos retoques. En el caso de Boohoo, la marca señala que las piezas se imprimieron en su fábrica de Leicester. (Un portavoz de la marca dijo en un comunicado, sin embargo, que el etiquetado erróneo fue "el resultado de un error humano" y "afectó a menos del uno por ciento de las prendas globales del grupo"). Mientras tanto, ya en 2017, se descubrió que algunos zapatos Louis Vuitton, estampados como "Made in Italy", se fabricaban en Rumanía, mientras que solo las suelas se añadían en Italia. (Un portavoz de LV subrayó entonces que sus fábricas ofrecían buenas condiciones a los trabajadores).

Incluso cuando las etiquetas "Made in" representan con exactitud dónde se ha fabricado la mayor parte de un artículo, el país de origen no ofrece necesariamente toda la información sobre el trato que reciben los trabajadores de la confección. En el Reino Unido, los informes han revelado que los trabajadores de la confección de Leicester siguen cobrando por debajo del salario mínimo. Mientras tanto, en 2019, el propietario de una fábrica en Nápoles fue arrestado después de que docenas de trabajadores indocumentados fueran encontrados haciendo artículos de cuero, supuestamente para varias marcas de lujo, en condiciones de explotación laboral. "La explotación y los abusos continúan en todas partes", dice Dominique Muller, directora de políticas de Labour Behind the Label.

Mientras tanto, la percepción común de lo que significa que una prenda se fabrique en un país concreto no tiene por qué influir en el trato que reciben los trabajadores o en la calidad de un artículo. "La diferencia entre el salario que ganan y un salario digno es mucho menor que, por ejemplo, en Rumanía y Bulgaria".

Para el diseñador y profesor británico-bengalí Rahemur Rahman, cuyo trabajo se centra en redefinir la etiqueta "Made in Bangladesh", es importante cambiar estas percepciones. "Tu ubicación geográfica influye mucho en cómo te percibe la industria internacional de la moda", señala. "Empecé mi marca para mostrar las increíbles habilidades de los artesanos de Bangladesh".

También hay que tener en cuenta que la etiqueta "Made in" sólo hace referencia al lugar donde se ha fabricado una prenda, y no da información sobre el origen de las fibras o tejidos utilizados para confeccionarla: "No dice nada sobre la procedencia de las materias primas; podrían ser de Turkmenistán, lo que significa que casi con toda seguridad están [vinculadas a] trabajos forzados, o de la región china de Xinjiang", afirma Roeland.

Por eso es necesaria una mayor transparencia por parte de las marcas, ya que los pasaportes digitales de productos propuestos por la UE ofrecerán muchos más detalles sobre cada etapa del recorrido de la prenda, desde la fibra hasta el proyecto acabado: "La idea es que tenga un registro completo desde las materias primas hasta todas las etapas intermedias, como la fabricación del hilo, el hilado, la molturación, el estampado, el teñido", prosigue el experto.

Por ahora, a menos que las marcas decidan compartir esa información, sólo nos queda la etiqueta "Made in", que por desgracia nos da muy pocos indicios sobre el grado de ética o sostenibilidad de una prenda.

Artículo originalmente publicado en British Vogue, vogue.co.uk