¿Por qué sigue habiendo tan pocos directores creativos con mentalidad ecológica?

Tras confirmarse la marcha de Gabriela Hearst de Chloé, explicamos por qué necesitamos más diseñadoras como ella al frente de las grandes marcas.
Gabriela Hearst
Gabriela Hearst.Raúl Tovar

Triste noticia para los partidarios de una industria de la moda con diseñadores con mentalidad más ecológica: Chloé ha confirmado que Gabriela Hearst abandonará la casa de moda francesa tras su desfile de Primavera-Verano 2024 en septiembre.

¿Por qué es importante esta noticia? Hearst es una de las únicas diseñadoras de su generación (Stella McCartney es la otra) que ha hablado abiertamente –y lo que es más importante, ha dado prioridad– a la necesidad de abordar el impacto medioambiental de la moda: ‘No hay nada más importante de lo que hablar o hacer ahora mismo’, declaró en su momento a British Vogue. ‘La verdad es que no tenemos suficiente tiempo. La forma en que extraemos nuevos recursos naturales del planeta es imposible. Tenemos que cambiar; no vivimos en una cornucopia infinita de materiales naturales. Para preservar, tenemos que tomar menos’.

Desde el nombramiento de Hearst como directora creativa en 2020, las credenciales ecológicas de Chloé han mejorado mucho. La colección debut de la diseñadora para Otoño-Invierno 2021 contenía cuatro veces más cantidad de materiales de menor impacto –que incluyen algodón orgánico y reciclado, lino orgánico y reciclado, y lana reciclada y certificada– en comparación con la colección Otoño-Invierno del año anterior. En octubre de 2021, Chloé se convirtió en la primera gran casa de lujo en obtener la certificación B-Corp, consolidando su estatus de empresa con un propósito. A principios de este año, la marca se asoció con Vestiaire Collective para lanzar la reventa instantánea, lo que significa que los clientes pueden vender sus prendas de segunda mano simplemente escaneando un código QR, que también ofrece transparencia sobre cómo se fabricó esa prenda.

Aunque parte de este trabajo es anterior al mandato de Hearst en Chloé, no cabe duda de que su nombramiento ha acelerado el progreso de la marca. Desde su colección Primavera-Verano 2023, inspirada en la energía de fusión, hasta su próxima colaboración con la nueva marca de moda de Angelina Jolie, Atelier Jolie, que se asociará con fabricantes poco apreciados de todo el mundo utilizando materiales de desecho.

Gigi Hadid en la pasarela para la colección Primavera-Verano 2023 de Chloé.

Gorunway.

¿Por qué Hearst abandona ahora Chloé? Aunque se ha sugerido que las ventas han sido un factor, los ingresos de la casa de moda francesa han aumentado un 60% en los últimos dos años, en parte gracias a la popularidad de las zapatillas Nama de bajo impacto de la diseñadora (vistas en modelos como Katie Holmes) y el bolso Woody.

Con todo, habrá quien se pregunte si la sostenibilidad es un anatema para los ambiciosísimos objetivos financieros que se fijan las empresas hoy en día. Dado que los modelos de negocio circulares, como la reventa y el alquiler, no son rentables en la actualidad, la única forma que tienen las casas de moda de crecer es seguir vendiendo más y más productos. Quizá no sorprenda, pues, que haya tan pocos diseñadores con mentalidad ecológica al frente de las grandes casas de lujo.

De hecho, para muchos diseñadores jóvenes que se preocupan por el enorme impacto de la industria, dirigir una gran marca ya no es necesariamente una ambición. En su lugar, tener su propia marca a pequeña escala que puedan controlar es posiblemente más deseable que subirse a la rueda de hámster de la moda, sometida a una enorme presión, que implica producir hasta ocho colecciones al año.

Incluso en el caso de las marcas que trabajan entre bastidores para reducir su impacto medioambiental (como Kering, propietaria de Gucci), es raro oír a sus directores creativos hablar de sostenibilidad, lo que dificulta la conexión entre las iniciativas de toda la empresa y los productos que realmente llegan a la pasarela y las tiendas. Si el principal portavoz de la marca no se pronuncia sobre el tema, es difícil impulsar el cambio en todo el sector.

Chloé Otoño-Invierno 2021.

Gorunway.

Conviene recordar que la actual generación de directores creativos no aprendió sobre sostenibilidad en las escuelas de moda, y quizá por eso muchos son tan reacios a hablar de ello. Como dijo Jonathan Anderson, director creativo de Loewe, en el escenario de la Cumbre Mundial de la Moda celebrada este mes en Copenhague: ‘Me hubiera encantado que cuando yo iba a la escuela, [la sostenibilidad] estuviera de moda. Estoy aprendiendo sobre ella al revés’.

Sin duda, la falta de conocimientos lleva al miedo a decir lo que no se debe. El greenhushing –la práctica de las empresas de no comunicar deliberadamente el trabajo que están haciendo– es una tendencia creciente en la moda que podría acabar frenando la acción medioambiental. En última instancia, crea menos presión para que las marcas más rezagadas tomen medidas. Es mejor hablar de lo que se hace, aunque sea imperfecto, que no decir nada.

Dada la urgencia de la crisis climática a la que nos enfrentamos, necesitamos directores creativos que hagan hincapié en la importancia de abordar el impacto de la moda en el planeta. Después de todo, ¿no es la función de la moda inspirar? ¿contar las historias que importan? No cabe duda de que Hearst ha dejado su impronta en la industria, y seguirá haciéndolo. Necesitamos que más diseñadores sigan su ejemplo.

Artículo originalmente publicado en British Vogue, vogue.co.uk