Parálisis del sueño: Qué pasa cuando la mente despierta, pero el cuerpo se queda dormido. Quizás te haya ocurrido, te despiertas después de una siesta, procedes a levantarte para afrontar la tarde, pero de repente tu cuerpo es incapaz de moverse.
No reacciona. Tampoco puedes articular palabra. Sientes una enorme presión en el pecho e intentas pedir ayuda, pero no es efectiva. Por mucho que grites, nadie sale al rescate y continúas siendo incapaz de pararte de la cama, como si algo o alguien te tuviera inmovilizado.
Así es cómo viví mi primera parálisis del sueño, pero realmente la sentí como una pesadilla hecha realidad porque mi mente era consciente de lo que estaba ocurriendo alrededor de mí. Cuando finalmente pude despertar de verdad, lo hice angustiada y sin entender qué había ocurrido.
Tiempo después, descubrí que es algo más habitual de lo que creemos y que, sobre todo, está relacionado con el estrés o dormir mal.
¿Qué es lo que provoca la parálisis del sueño?
La parálisis del sueño es un episodio, en su mayoría de las veces puntual, en el que la persona está totalmente inmovilizada en la cama mientras es consciente de lo que ocurre a su alrededor, pero es incapaz de reaccionar o hacer algo al respecto. Lo que sueñas roza la realidad y, si no lo has experimentado nunca antes, asusta. Por esta razón, entender su significado y de dónde viene es esencial para quienes la sufrimos.
¿Cuánto dura la parálisis del sueño?
Laura Palomares, psicóloga de la organización Avance Psicólogos, nos cuenta que se trata de una parasomnia más frecuente de lo que creemos. “Estos episodios suelen darse puntualmente y su frecuencia se estima entre el 3 y el 6% de la población”, indica.
Esta parasomnia interrumpe en una de las fases del ciclo del sueño, en concreto la cuarta y última. “Aparece durante la fase REM, antes de empezar a soñar o bien al salir a la vigilia”, nos explica Palomares. Al igual que los sueños, esta parálisis ocurre en un período corto en el tiempo. “Su duración puede ir de un par de minutos a un cuarto de hora y acaban de forma progresiva, con la sensación de que el control del cuerpo y su movimiento se recobran poco a poco”.
¿Qué es lo más curioso (y angustiante) de este tipo de episodios? Estar consciente. Es decir, el poder sentir tu cuerpo paralizado y experimentar lo que ocurre en el sueño como si de algo real se tratara. Hay quienes ven sombras o a alguien observándoles, mientras otros experimentan sensaciones de ahogo o que algo tira de ellos. La psicóloga nos cuenta cómo sucede esto: “Se da una sincronía entre la toma de conciencia y nuestro cuerpo, algo así como si nuestro cerebro se hubiera despertado antes que el cuerpo, que permanece inmóvil y enlentecido en el sueño profundo de la fase REM. La persona es consciente y eso es lo que hace que la experiencia sea tan angustiosa”.
Aunque pueda parecer un episodio perjudicial para la salud, en realidad, no lo es. Sin embargo, suele derivar en “ansiedad, angustia o incluso pánico y, en ocasiones, puede generar miedo a dormir”, advierte Palomares. “Por eso es tan importante saber de qué se trata y entender que no es una alteración grave, extraña o paranormal, como a menudo se piensa”.
¿Qué es lo que provoca la parálisis del sueño?
La parálisis del sueño suele estar relacionada principalmente con episodios de estrés, que se traducen en estas alteraciones del descanso. Sin embargo, hay otros factores que pueden desencadenar estos episodios. “Suele ocurrir también en momentos vitales de cambio muchas veces llenos de incertidumbre o por falta de horas de sueño, además de una mala higiene del sueño”, nos dice la experta de Avance Psicólogos. Aunque generalmente son episodios puntuales y no hay por qué alarmarse, “si aparece con mucha frecuencia, es conveniente acudir a un médico especializado y realizar un estudio del sueño, ya que en ocasiones se asocia a trastornos del sueño como la narcolepsia o la apnea del sueño”, destaca Palomares.
¿Parálisis del sueño o pesadilla?
La primera vez que tuve parálisis del sueño, no supe que lo era. Pensé simplemente que había sido una muy mala pesadilla, pero hay diversos síntomas que pueden ayudar a identificarla:
- Imposibilidad de movimiento. Este es el más significativo de los síntomas, según nos cuenta la psicóloga: “La total incapacidad para moverse produce una intensa angustia al haber plena consciencia”.
- Alucinaciones hipnagógicas a la entrada del sueño o hipnopómpicas al salir a la vigilia, es decir, al despertarte. “Ambas generan la sensación de presencias, es decir, que alguien te observa o alucinaciones auditivas como zumbidos, voces o murmullos”.
Estos síntomas, sumados a la consciencia del cerebro, es lo que causa la situación tan angustiante. “Generan una elevada ansiedad al despertar y sensación de pánico, con hiperventilación, lo que provoca sensaciones como falta de aire o presión en el pecho”, explica Laura Palomares.
Y sí, si duermes con alguien, otra persona puede detectar desde fuera que estás teniendo parálisis del sueño e intentar ayudarte. “Es importante guardar la calma y recordarle lo que está sufriendo y de qué se trata. Explicarle que sencillamente tiene que tener paciencia para salir poco a poco y nunca moverle o incorporarle bruscamente”, recomienda la psicóloga. “Tocarle suavemente la mano o el brazo para que vaya saliendo despacio, mientras se le recuerda que se trata de una alteración del sueño que, a veces ocurre, facilitará la salida”.
¿Cómo evitar que te suba el muerto al dormir?
No hay ningún tratamiento específico para este trastorno del sueño, pero podemos intentar controlar y cuidar otros de los aspectos que la desencadenan. Laura Palomares nos habla, en primer lugar, de la importancia de “ser consciente de que se trata de un acontecimiento físico normal, relacionado con una entrada o salida de sueño donde cuerpo y mente se desincronizan y es solo cuestión de tiempo que vuelvan a sincronizarse. Saber esto nos ayudará a calmarnos”. Durante el episodio podemos centrarnos en la respiración y esperar a que el cuerpo despierte por sí mismo. “Darle tiempo nos ayudará a salir poco a poco y sin sentir angustia”, asegura la profesional.
Para prevenir episodios de parálisis del sueño, la psicóloga nos da unas recomendaciones específicas que podemos aplicar en nuestro día a día: “Tener una buena higiene del sueño, bajar de revoluciones si nos sentimos muy estresados, cuidar los espacios de tiempo de ocio… También el ejercicio físico y llevar un autocuidado en general, ayudarán a prevenirlos o, al menos, a rebajarlos”. Más allá de las creencias populares en donde nos dicen que debemos insultar al “muerto” o “demonio” que se nos ha subido al pecho.
Artículo originalmente publicado en Vogue España, vogue.es.
