Ridley Scott aborda una figura histórica legendaria en su nueva película, que ya está disponible en cines y que pronto llegará a Apple TV+. Se trata de la compleja historia de amor entre Napoleón Bonaparte (interpretado por Joaquin Phoenix) y Joséphine de Beauharnis (interpretada por Vanessa Kirby).
La actriz británica, conocida por su papel como Margaret Windsor en The Crown le cuenta, en exclusiva para Vogue, cómo se preparó para meterse en la piel de la emperatriz y qué aprendió sobre el rol de la mujer en aquella época:
Vanessa Kirby en el papel de Joséphine de Beauharnais
Vanessa Kirby: Cuando estaba grabando 'Misión Imposible: Sentencia Mortal', Tom Cruise me advirtió de que Ridley Scott es muy productivo y que trabaja a un ritmo rápido, rodando hasta cinco escenas en un día. Filma con varias cámaras y empieza a grabar muy rápido, ya que sabe exactamente lo que quiere. Ha sido un gran honor trabajar con él. Ha dirigido algunas de las mejores películas de todos los tiempos y ha dado vida a personajes femeninos extraordinarios y atípicos, como Thelma y Louise, por ejemplo.
Nos reímos mucho. La pausa divertida era absolutamente necesaria en una historia tan brutal como la que vivieron Napoleón y Josefina. Su historia de amor era extraña y su relación difícil, ya que evolucionaba constantemente y era impredecible. De un día para otro, todo podía cambiar mucho entre ellos.
La última vez que interpreté a un personaje histórico fue en la serie ‘The Crown’ como Margaret Windsor. Pero su historia era un poco más reciente, así que pude inspirarme en las imágenes que teníamos de ella y pude conocer a gente que había pasado tiempo con ella. Interpretar a Josefina de Beauharnais fue muy diferente. Por supuesto, se han escrito cosas sobre ella, pero a menudo en el contexto de lo que hizo Napoleón, y hay menos escritos sobre ella y su vida.
Fue bastante confuso. En cada libro que leía, las descripciones eran muy diferentes. Era como si se hubiera convertido en una persona muy distinta a lo largo de su vida. Nunca me había encontrado con un personaje tan enigmático y difícil de entender. Había llegado de una isla caribeña, Martinica, y de repente formó parte del frío y duro sistema francés, casándose con un aristócrata, siendo enviada a prisión y luego casi ejecutada. Estar al servicio de su marido fue también una parte importante de su vida, y cuanto más poderoso se volvía él, más tenía que comprometerse y reprimir ciertas partes de sí misma. Era un personaje muy complejo.
Es más bien una visión general. Realmente pude experimentar lo que debió representar ser una mujer en aquella época intensamente masculina. Estar en un mundo que giraba en torno a la guerra, la estrategia, las batallas, la política y la conquista, y ser la presencia femenina de un hombre que estaba en la guerra todo el tiempo. Experimenté lo que las mujeres tenían que hacer para sobrevivir en aquella época, lo cual era muy interesante, pero también doloroso.
Yo diría que sí. Incluso mucho antes de conocer a Napoleón, tenía una vida sexual muy activa, sinónimo de libertad para una mujer de la época. Luego se convirtió en emperatriz, lo que fue un gran logro. Cuando sólo tenía trece años y vivía en Martinica, un adivino le leyó la mano y le predijo que algún día sería emperatriz. De un modo u otro, siempre supo que algún día sería alguien importante. Su historia me enseñó mucho sobre el poder femenino y lo que las mujeres tenían que hacer para vivir de una manera tan particular.
Artículo originalmente publicado en Vogue Francia, vogue.fr.