En los últimos años, los científicos han descubierto el papel integral que desempeñan nuestros intestinos en nuestra salud y bienestar generales. Los billones de bacterias, hongos, virus y microorganismos que componen el microbioma intestinal se comunican con el resto del cuerpo, y una microflora más diversa (poblada con muchos microbios buenos) se asocia a una mejor salud a largo plazo.
¿Pero por qué es tan importante tener una buena salud intestinal? Un importante estudio realizado en 2021 por el King's College de Londres descubrió que un panel de 15 microbios intestinales específicos se asociaba a un menor riesgo de padecer enfermedades comunes, como la obesidad y la diabetes de tipo 2.
“Cuando comes, no sólo nutres tu cuerpo, sino que alimentas a los billones de microbios que viven en tu intestino”, afirma el profesor Tim Spector, epidemiólogo y científico cofundador de Zoe (un programa de nutrición que te ayuda a analizar tus microbios intestinales individuales a través de una aplicación), y además el fue la persona que encabezó el estudio.
Desde factores como la inmunidad hasta la salud mental, todo empieza en el intestino. Aquí Vogue conversó con la doctora Federica Amati, médico y nutricionista especializada en salud pública para conocer los principales signos y síntomas a los que hay que prestar atención y qué hacer al respecto para mejorar nuestra salud intestinal.
¿Cómo saber si tengo mala salud intestinal?
Si presentas uno o más síntomas, es recomendable que visites a tu médico de cabecera o consultes con un experto en gastroenterólogo:
“Cuando se trata de la salud intestinal, lo primero que hay que entender es si se sufre estreñimiento o diarrea, ya que ambos son signos de que algo no va bien”, dice la doctora Amati. Estos síntomas pueden indicar que el intestino tiene problemas para procesar los alimentos o que hay un desequilibrio microbiano. Si experimentas cualquiera de estos síntomas durante más de siete días, o la frecuencia de tus deposiciones cambia e interfiere en tu vida diaria, acude a tu médico de cabecera.
La hinchazón suele ir de la mano del estreñimiento o la diarrea, pero en algunos casos puede ser más notorio, por lo que es un síntoma a tener en cuenta.
“Si llegas al punto de tener muchas flatulencias y te resultan muy incómodas o dolorosas, esa es otra señal de que tu salud intestinal puede no estar del todo bien”, asegura. Amati.
El reflujo ácido también indica que hay algo que comes no te sienta bien (o no le sienta bien a tu intestino). También hay que tener en cuenta que los tratamientos de farmacia a los que muchos recurren para tratar el reflujo ácido, no son beneficiosos para el microbioma intestinal y pueden poner en marcha un círculo vicioso con tu sistema digestivo.
“La deficiencia de vitaminas o nutrientes puede ser un signo de que tu dieta es inadecuada o de que tienes problemas para absorber los nutrientes de los alimentos”, asegura la doctora Amati. “Una de las razones por las que la mayoría de las personas descubren que son celíacas [alérgicas al gluten] es porque se someten a pruebas adicionales para detectar deficiencias en la absorción de nutrientes”.
Ya sea que se trate de depresión, ansiedad u otros trastornos mentales, la dieta (y la salud intestinal) están relacionadas con el estado de ánimo, afirma la doctora Amati. Además, las sensaciones de fatiga o baja energía pueden ser signos de una mala salud intestinal.
Afecciones cutáneas como el acné, el eccema y la psoriasis están estrechamente relacionadas con el intestino, debido al ya conocido eje intestino-piel. Por ejemplo, un estudio reciente de 2022 descubrió que el consumo de fibra dietética podría ayudar a prevenir y/o tratar las alergias cutáneas.
¿Qué hacer si tienes mala salud intestinal?
Si padeces alguno de los síntomas anteriores de forma prolongada, acuda a su médico de cabecera. La doctora Amati también recomienda prestar más atención a la dieta y a su impacto en el funcionamiento diario.
Llevar un diario de alimentación es una forma estupenda de empezar a analizar lo que se ingiere, ya sea tomando notas en un cuaderno o haciendo fotos con el celular, lo que te resulte más fácil: “Asegúrate de registrarlo, junto con cómo te sientes ese día”, dice. “También es una forma estupenda de mantener informado al médico o al nutricionista si decides visitarlos: cuanta más información tengan ellos, más eficaz será tu tratamiento (o te redireccionarán a alguien que pueda dártelo)”.
Una de las primeras cosas que recomendaríamos, sobre todo si se trata de un trastorno relacionado con el síndrome del intestino irritable (SII), es seguir una dieta baja en FODMAP o de eliminación, que puede ser muy útil para entender qué es lo que está desencadenando ciertas respuestas”, dice. La mejor forma de hacerlo es con un profesional, porque la dieta de eliminación no significa sacar de por vida ciertos alimentos, sino suprimir o reducir los alimentos durante un periodo de tiempo y luego reintroducirlos lentamente para ver qué ocurre, nos explica.
¿Cómo mejorar la salud intestinal?
Lo primero es lo primero: comer más frutas y verduras. Una investigación del profesor Spector y del Proyecto Gut en Estados Unidos y el Reino Unido descubrió que las personas que comían más de 30 verduras a la semana tenían la mayor cantidad de microbios útiles en sus intestinos. “Es un buen punto de partida”, dice la doctora Amati, que explica que su cuota de verduras puede incluir hierbas, frutas, setas, frutos secos y semillas, por lo que basta con cocinar con más especias, espolvorear semillas mixtas en la ensalada y llenar el plato de verduras cada día para alcanzar este porcentaje.
Quienes deseen más información sobre cómo fomentar la salud de un intestino sano, o saber hasta qué punto su intestino es saludable, pueden suscribirse a Zoe. Esta app analiza de forma exhaustiva tus respuestas intestinales, de grasa en sangre y de azúcar en sangre a través de una serie de pruebas (que incluyen una muestra de heces).
Una vez superado el periodo de pruebas, conocerás la diversidad de tu microbioma intestinal y recibirás orientación sobre cómo mejorarlo con recomendaciones alimentarias personalizadas. Respaldado por la ciencia y opuesto a un programa de dieta, esta es una forma excelente de aprender a comer no sólo para mejorar la salud intestinal, sino para llevar una vida más sana en general.
Artículo originalmente publicado en Vogue UK, vogue.co.uk.
