Así es como las fases de la luna afectan tu cuerpo y mente, según los expertos

Desde la digestión hasta el humor, pasando por la energía y la sexualidad, las fases de la Luna influyen así en nuestra vida.
Cómo te afectan las fases de la luna
Foto: Daniella Midenge.

En una sociedad excesivamente conectada a la tecnología digital, a veces es vital (re)sincronizar el cuerpo y la mente con la naturaleza, especialmente con las fases de la luna.

En términos generales, la atracción gravitatoria de la luna afecta al crecimiento de las plantas, al igual que influye en las mareas y la circulación oceánica, y todo esto a su vez, se manifiesta en el clima.

De hecho, la fuerza gravitatoria con respecto a la luna es lo que mantiene la inclinación de la Tierra, lo que también determina las estaciones. Pero desde una perspectiva humana, la luna influye en nuestros fluidos, desde la retención de agua hasta las funciones de desintoxicación de nuestro cuerpo, así como nuestros niveles de energía.

Las fases de la luna influyen no solo en mente, también en nuestro cuerpo.

Foto: Daniella Midenge

‘Cuando tomamos conciencia de las fases por las que pasa la luna, podemos asumir al máximo los cambios que se producen en nuestro cuerpo y aprovechar estos movimientos energéticos a nuestro favor’, afirma Mayia Alleaume, autora del libro ‘La belleza energética’ (publicado por Larousse).

¿Cuáles son las 4 fases de la luna?

Luna Nueva (casi completamente oculta por el sol)

La Luna Nueva marca a la vez el final de un ciclo y el comienzo de uno nuevo. Es el momento ideal para hacer balance y fijar objetivos, para establecer intenciones y así sembrar semillas para el futuro’, explica Mayia Alleaume. Por esta razón, no dudes en exponer claramente tus expectativas, e incluso anotarlas en un cuaderno. También es el momento de regenerarse, recargarse y redescubrirse, con aceites esenciales relajantes (como los de lavanda, naranja dulce y jazmín), hacer meditaciones acompañadas del mantra ‘om’, tomar baños de sales, masajes relajantes y tratamientos purificantes para la piel como la exfoliación, seguidos de una hidratación óptima.

Luna Creciente (lado derecho iluminado, forma de C invertida)

‘La Luna Creciente aporta una gran vitalidad’, esto según Mayia. Nuestra energía física y mental vuelve poco a poco a la normalidad, nuestro potencial aumenta y somos capaces de expresarnos con más facilidad. Es el momento de comer de forma más consciente, más ligera y más sana (porque almacenamos más alimentos) y es el momento óptimo para incorporar la clorofila en nuestra rutina. También puedes ayudar a tu piel a recuperar su vitalidad con mascarillas de miel, aplicar técnicas de automasaje y usar un guasha. Lo ideal es hacer un ayuno cosmético para permanecer sin maquillaje ni cremas durante 24 horas.

Luna Llena

La Luna Llena es la más enérgica, y nos aporta alegría y vitalidad. ‘Podemos aprovechar esta luz para enfrentarnos a nuestros bloqueos emocionales y entrar en un proceso de liberación’, añade Mayia. El cuerpo, que funciona como una batería, se recarga con más facilidad en esta etapa. Y para evitar la sobrecarga emocional (que puede alterar el sueño), podemos canalizarlas a través del deporte, el baile, el canto y la risa. En cuanto a la piel, opta por productos de cuidado que contengan probióticos y aguas florales como los hidrosoles de romero, la lavanda, la rosa y la menta.

Luna Menguante (lado izquierdo iluminado, en forma de C)

La Luna Menguante nos permite liberarnos y Mayia lo confirma: ‘Nos ayuda a deshacernos de malos hábitos y de todo aquello que sentimos que necesitamos eliminar de nuestra vida’. Aprovechemos esta energía para analizar nuestras relaciones y vínculos familiares. En casa, también es la fase para limpiar, ordenar, regalar cosas y tirar lo que no usas. Las dietas y los tratamientos desintoxicantes también son buenos durante esta fase. El cuerpo tiende a ser estar más ácido, así que no dudes en alcalinizarlo con verduras frescas, jugos e infusiones. También es un buen momento para disfrutar de baños de vapor, saunas, terapia de cuencos, drenajes linfáticos e incluso ir por una depilación, ya que el vello crecerá más lentamente.

¿Cómo hacer ayuno en Luna Llena?

La Luna Llena es el momento del mes en que retenemos más agua. ‘Durante los tres días alrededor de la Luna Llena, hay que beber muchos líquidos (al menos 1,5 litros), porque curiosamente, cuanta más agua se bebe, más se elimina a través de la orina. También hay que fomentar las infusiones de uvas rojas, procurar el drenaje linfático y la natación, si se puede’, explica Aurélie Canzoneri, naturópata diplomada y autora del libro ‘Un neurópara en mi cocina’ (publicado por la editorial Marabout).

Con la Luna Llena el ayuno intermitente es más eficaz, durante períodos de al menos 16 horas: de 16:00 a 8:00 o de 20:00 a 12:00. O incluso mejor si lo haces desde las 16:00 al mediodía siguiente. Aprovecha para tomar infusiones diuréticas (como la cola de caballo, ulmaria, ortosifón o diente de león) y ayuda a tu hígado a hacer su trabajo posando una bolsa con agua tibia sobre él. ‘Si pudiéramos seguir esta pequeña rutina cada Luna Llena, sería estupendo para el organismo’, concluye Aurélie.

¿Cómo afecta la Luna Llena a dormir?

Cuando estamos en Luna Llena, a menudo nos sentimos más agitados, más perturbados, y por lo general dormimos mal. Esto no es sólo una sensación. ‘Un estudio realizado durante varios años demostró, en efecto, que con la Luna Llena, las personas tardaban más en dormirse (más de 5 minutos de media), y que la fase de sueño ligero aumentaba en detrimento del sueño profundo (el más reparador). En total, dormimos 20 minutos menos las noches de Luna Llena’, nos recuerda Aurélie Canzoneri. Para remediarlo, la experta recomienda no tomar ningún alimento ni bebida estimulante a partir del mediodía y comer algo ligero por la noche. También puedes optar por alimentos ricos en triptófano, precursores de la melatonina y la serotonina (como los plátanos, huevos, papas o lechuga) y tomar infusiones calmantes como pasiflora, manzanilla, lavanda o melisa.

¿Qué efecto tiene la Luna en la menstruación?

‘No tenemos pruebas de que los ciclos mensturales estén sincronizados con las fases de la luna. En cambio, es cierto que las mujeres tenemos 4 fases cíclicas (como la luna) con energías bastante parecidas’, explica Charlotte de Noisy, experta en belleza del Instituto Gynécée de París. Y esta energía afecta a nuestras emociones y pensamientos, que no son más que energía en movimiento.

El ciclo menstrual de la mujer comienza el día de la regla y corresponde a la Luna Nueva. Este periodo del ciclo es como un nuevo comienzo, un momento para establecer intenciones claras y planificar el futuro. La fase preovulatoria corresponde a la Luna Creciente, con un aumento de la energía. El cuerpo se prepara para un posible embarazo y aprovechamos para hacer cambios en nuestra vida reconectando con nuestros deseos. La fase ovulatoria coincide con la Luna Llena, cuando el pico de creatividad es más intenso. La fase premenstrual (el famoso síndrome premenstrual) corresponde a la Luna Menguante: es una época de mucho trabajo para el útero y un bajón de las hormonas, un momento para deshacernos de lo que nos pesa y de consentirnos.

La Luna afecta nuestro ánimo.

Foto: Daniella Midenge.

¿Cómo afecta la luna en el estado de ánimo?

Se dice que una persona que cambia de humor con rapidez es ‘lunática’. Y con razón. Nuestras emociones pueden verse influidas, incluso exacerbadas, por el calendario lunar. ‘La luna forma parte del universo inconsciente. Así que está vinculada a nuestra forma de reaccionar, a nuestra intuición’, afirma Léa Baixo, profesora de meditación, astróloga y masajista terapeútica.

Todas las emociones que hemos guardado para nosotros salen inevitablemente con la Luna Llena, cuando está iluminada por el Sol y, por tanto, permite que las cosas ‘salgan a la luz’. Con la Luna Menguante, preferimos estar en casa, cuidando de nuestro interior, ordenando las cosas, volviendo a la naturaleza, cuidando de nuestras plantas y animales. En cambio, durante la Luna Creciente, sentimos la necesidad de realizarnos en el mundo exterior, de demostrar que estamos vivos, de aportar nuestra vitalidad al mundo, señala Baixo.

Siguiendo las energías de la luna y comprendiendo su impacto, podemos ‘avanzar hacia el éxito y el autoconocimiento’, asegura la experta. También hay que tener en cuenta el signo del zodiaco en el que se encuentra la luna. ‘En Aries, la gente está más tensa, más agresiva. En Tauro, aporta más estabilidad y calma. En Géminis, saca a relucir la necesidad de comunicarse a toda costa. En Cáncer, dan ganas de estar más presente en casa’.

¿Es verdad que la luna influye en nuestra vida sexual?

‘Reconectar con la Luna también significa redescubrir nuestra verdadera naturaleza’, explica Anne Bianchi, fundadora del estudio Satnam Montmartre de París, terapeuta sexual y profesora de Kundalini Yoga. La energía de la luna es una energía femenina (la energía Yin, sinónimo de reposo y vacío), y, sin embargo, hoy todo el mundo carece de Yin. Estamos constantemente en acción. Sin embargo, es esencial tomarse un descanso. ‘Medita, canta, ayuna’, nos aconseja.

‘El lunes es el día de la luna. Es el momento ideal para descansar y equilibrar nuestras energías femenina y masculina. También es una fase de interioridad que nuestra vida moderna nos impide respetar’, explica Bianchi quien comenta que siempre ayuna los lunes.

Según ella, estos ciclos naturales también nos permiten ‘relajarnos en lo relacionado con nuestra sexualidad’. Si bien el deseo sexual es algo que fluctúa, no olvidemos que el ciclo menstrual de la mujer dura unos 28 días y consta de cuatro fases, como el ciclo lunar, así que si están relacionados.

Cuanto más vacío crees, más podrás resurgir. Lo mismo ocurre con la sexualidad. ‘Tu libido aumenta cuando estás en la fase ascendente. Entonces te sientes con más energía hasta la ovulación (que también puede aumentar tu libido porque es un momento de procreación). Una vez alcanzada la mitad del ciclo, entras en la fase descendente’.

Artículo originalmente publicado en Vogue Francia, vogue.fr.