Chemena Kamali reinventa el estilo boho-chic y así se llevará en Otoño-Invierno 2024

Chemena Kamali se inspira en el estilo boho-chic original de Chloé para la nueva colección de la marca en Otoño-Invierno 2024
Mujer con vestid estilo bohochic Chol
Gorunway.

Imagínatelo: Estamos en 2005. Mary Kate y Ashley Olsen corren por la ciudad entre clase y clase en la Universidad de Nueva York con sandalias y vestidos de tirantes bajo camisetas y sudaderas con capucha. Nicole Richie se protege de los paparazzi con un bolso Paddington de Chloé o pasea por la calle con Paris Hilton en un caftán con volantes. Sienna Miller lleva un vestido de gasa con volantes sobre unos jeans, un bolso de Mulberry en el brazo y una diadema de cuero trenzado en la frente. El nombre de la tendencia que estás imaginando es boho-chic, y puede que haya vuelto con fuerza para Otoño-Invierno 2024.

Ashley Olsen and Mary-Kate Olsen in 2005.Getty Images.

¿Cómo vestir estilo boho-chic en Primavera-Verano 2024?

Hoy, en la Semana de la Moda de París, la diseñadora Chemena Kamali ha presentado su primera colección para Chloé, recuperando lo más básico de la tendencia boho propia de la marca. Ha sido una vuelta a la forma en muchos sentidos, entre otras cosas porque Kamali pasó sus años de formación como diseñadora en Chloé, primero como becaria de Phoebe Philo y luego volviendo como diseñadora de Clare Waight Keller en 2011.

Pero también porque los dobladillos con volantes de los años 70, los escotes fruncidos, los collares de serpiente y los zuecos de madera de Kamali remiten a una imagen de la Chloé de entonces, de la década de 2000, que no solo ayudó a definir la moda, sino también el look casual que veíamos en todos lados. Todas, desde las Olsen y Nicole Richie en la calle hasta Blake Lively como Serena van der Woodsen (Gossip Girl) y Mischa Barton como Marissa Cooper (The O.C.) en televisión, adoptaron este look tan Chloé.

Mischa Barton en el 2007.Getty Images.
Sienna Miller en el 2004.Getty Images.
Blake Lively en la filmación de Gossip Girl.Getty Images.

El posible (e inminente) regreso del boho-chic ha sido un tema candente en Vogue Runway durante las dos últimas temporadas. Primero fue la acuciante pregunta de qué vendría después del efecto 2000: ¿sería Indie Sleaze o Boho-Chic? Dos caras de la misma moneda. Luego vinieron las colecciones de primavera, en las que la joyería –collares de tiras largas, cristales en bruto, anillos en los dedos de los pies– indicaba una vuelta a los básicos boho.

Lo curioso del boho-chic como estética, a diferencia del efecto 2000 es que, aunque se produjo durante un periodo concreto, no está intrínsecamente ligado a él. Sin duda hay un elemento de nostalgia en su regreso, pero más que representar un periodo en la historia de la moda, el boho-chic es representativo de un ambiente, de una personalidad, de un imaginario.

Hay una sensación de abandono en el look que se compensa con la delicadeza y suavidad de los elementos que lo componen. Es aspiracional porque es una estética arraigada en la moda de lujo, pero también en el sentido de que es simplemente divertida, juguetona, sexy y, sobre todo, intuitiva. Hay una razón por la que prácticamente todas las expertas en moda de la época se convirtieron en modelos del boho-chic: todas querían encarnar ese ambiente relajado y lujoso.

Chloé, prêt-à-porter primavera 2003.

Gorunway.

Chloé, prêt-à-porter otoño 2004.

Gorunway.

Chloé, prêt-à-porter primavera 2004.

Gorunway.

El hecho de que la colección de Kamali diera en el clavo no se debe tanto a que intentara replicar una estética popular, sino a que captó su esencia, que es natural tanto para ella como diseñadora como para Chloé como marca. El hecho de que nadie más ofrezca actualmente prendas en este espacio tan específico, que siempre estuvo dominado por Chloé, añade frescura a la colección.
El carácter lúdico del boho-chic es un antídoto contra el primor del “lujo tranquilo”, y sus vibraciones relajadas y distendidas son una bienvenida réplica a la tendencia mob wife. Su sensualidad es menos gratuita que la del efecto 2000, y más cautivadora y personal que la del voyeurismo transparente que se ha apoderado de las pasarelas.

El hecho de que la gente anhele suavidad ante tanta pesadez y destrucción en el mundo también ha preparado el terreno para este regreso. Las colecciones de primavera de 2023 y gran parte de lo que vimos en las pasarelas el año pasado hablaban de un anhelo por la sencillez lujosa que se distingue del lujo discreto gracias a su cualidad lúdica, desde los vestidos hasta las faldas boho.

Antes de su debut, Mark Holgate de Vogue entrevistó a Kamali. Le preguntó su opinión sobre el posible regreso del boho-chic: “¿Sabes de dónde creo que viene? Creo que hay un anhelo de libertad, suavidad y movimiento, y si nos fijamos en la historia, tiene sus raíces en los años 70, cuando la gente quería liberarse de las convenciones y los estilos de vida tradicionales que restringían principalmente la sexualidad y la expresión individual. En términos de moda, llegó un momento en que lo bohemio estaba pasado de moda y se había vuelto muy comercial. La industria se cansó de él y desapareció, pero es una cuestión interesante, porque este anhelo surge del deseo de volver a sentir ese espíritu libre. Es el momento de volver a sentirlo: La gente quiere ser ella misma, vivir como vive, definir su vida para sí misma”.

¿Cómo lucía el estilo boho chic antes y cómo lucirá en Primavera-Verano 2024?

Chloé, primavera 2003.

Gorunway.

Chloé, otoño 2024.

Getty Images.

Chloé, otoño 2004.

Getty Images.

Chloé, otoño 2024.

Gorunway.

Chloé, primavera 2004.

Gorunway.

Chloé, otoño 2024.

Getty Images.

Chloé, otoño 2004.

Getty Images.

Chloé, otoño 2024.

Gorunway.

Chloé, otoño 2004.

Gorunway.

Chloé, otoño 2024.

Gorunway.

Chloé, primavera 2006.

Gorunway.

Chloé, otoño 2024.

Getty Images.

Chloé, primavera 2005.

Gorunway.

Chloé, otoño 2024.

Gorunway.

Artículo publicado originalmente en Vogue US, vogue.com.