En 1897, un hombre llamado Guccio Gucci dejó su Florencia natal para ir a Londres, donde trabajó en el elegante Hotel Savoy como botones, ahí conoció el mundo de las bolsas. Manejar el equipaje de la lujosa clientela le proporcionó la formación que necesitaba para volver a Italia y producir su propia línea de artículos de piel centrados en los viajes.
En 1921, Guccio abrió por fin las puertas de su tienda en la Via della Vigna Nuova de Florencia, donde vendía maletas importadas, además de artículos hechos a mano por artesanos locales. La clientela no tardó en interesarse por los productos de Guccio y, poco después, Gucci se convirtió en una auténtica sensación.
El embargo comercial impuesto a Italia durante el gobierno de Mussolini hizo que los materiales (sobre todo el cuero) escasearan. Por ello, Guccio y sus hijos, Aldo Gucci, Vasco y Rodolfo (que ahora forman parte de la empresa familiar) tuvieron que ser muy creativos e integrar a su línea de bolsas algunos materiales eclécticos como mimbre, rafia y madera, además del cuoio grasso y una piel de ternera increíblemente suave.
Muy cerca de allí, el florentino Salvatore Ferragamo, también se las arreglaba con lo que había disponible, de ahí el éxito de sus famosas creaciones de tacón de corcho. Más o menos en la misma época, Gucci también desarrolló un tejido de cáñamo con un patrón de diamantes, precursor del actual monograma de la doble G.
Alrededor de 1947, Gucci pasó a la historia de la moda con su bolso con asa de bambú. Se trataba de una pequeña bolsa estructurada, adornada con un asa de bambú doblada por el calor del fuego. En 1953, Ingrid Bergman llevó una de esas bolsas Gucci en la película Viaggio in Italia, lo que desencadenó una historia de amor entre Hollywood y la firma italiana.
Entre los asiduos visitantes de la tienda en Florencia se encontraban la entonces princesa Isabel (antes de su ascenso al trono británico), Eleanor Roosevelt y Elizabeth Taylor. Al ser un actor, Rodolfo también invitaba a sus amigos del cine, como Bette Davis, Katharine Hepburn y Sophia Loren, a que se pasaran por la tienda.
En la década de 1950, cuando la dolce vita estaba en pleno apogeo, Roma y Manhattan eran un patio de recreo para los ricos, y Gucci se encargaba de equipar y vestir a todos. A lo largo de las dos décadas siguientes, Gucci abrió tiendas en casi todos los lugares que merecían ser visitados.
Un día, en la tienda de Milán, Grace Kelly entró y se hizo con un pañuelo de seda decorado con un femenino estampado floral (bautizado como Flora, que sigue siendo un código de la casa hasta el día de hoy); otro día, Jackie Kennedy Onassis eligió una bolsa elegante. Este último fue reeditado recientemente por Alessandro Michele, al igual que el bolso Diana con asa de bambú.
La historia de las bolsas Gucci
Bolsa Gucci Horsebit, 1955
Según cuenta la leyenda, los herrajes brillantes entraron como código de la firma italiana en 1953. Fue Aldo Gucci, quien reconoció que a los compradores les gustaba tener un poco de historia en sus bolsos y así fue como perpetuó un mito.
En esa historia, él aseguraba que la familia Gucci había sido, en épocas remotas, fabricantes de sillas de montar para la nobleza. Aldo se inclinó por el concepto equino y, bajo su dirección, las bolsas se adornaron con pespuntes que recordaban a los de las sillas de montar, mientras que las rayas verdes y rojas de las correas se convirtieron en un elemento característico de Gucci, al igual que el herraje.
Aldo incluso llegó a sustituir al botones (un guiño al primer trabajo de Guccio) en el escudo de Gucci, por un caballero con armadura. Desde que el herraje de caballo apareció en una bolsa de Gucci en 1955, este elegante accesorio se ha hecho tan reconocible como la doble C de Chanel.
Tom Ford, Alessandra Facchinetti y Frida Giannini incorporaron el herraje en sus diseños, y el actual director creativo de Gucci, Alessandro Michele, nos ha dado la última bolsa de moda.
La bolsa Gucci Horsebit 1955 reeditada viene en varias formas (tote, satchel, bolsa de hombro), todas unificadas por los anillos con forma de ‘D’, instantáneamente identificables. Al fin y al cabo, no es necesario el logotipo de Gucci cuando la firma habla por sí sola.
Bolsa Jackie de Gucci, 1961
Al igual que el encanto atemporal de la mujer que le da nombre, The Jackie, es un bolso que nunca pasará de moda. En 1961, Gucci introdujo un bolsa de estilo casual que llamó la atención de Jackie Kennedy, cuyo marido adoraba los mocasines de Gucci.
Se dice que al ver una imagen, tomada por un paparazzi, de Jackie Kennedy con la bolsa (que en ese entonces se llamaba Fifties Constance), la familia Gucci lo bautizó rápidamente como Jackie. La clásica forma de la bolsa fue objeto de muchos rediseños por parte de Tom Ford y Frida Giannini, pero su última encarnación viene de la mano de Michele, que en 2021 le dio una vuelta de tuerca a The Jackie, con un poco más de estructura, una correa ajustable y un cierre de pistón.
En 2014, Giannini convirtió a Kate Moss en la estrella de la campaña de la Jackie Bag; ahora, Harry Styles forma parte de la nueva era del bolso.
La bolsa Diana de Gucci
A finales de los años 90, se veía a menudo a la princesa Diana yendo de un lado a otro con un bolso de Gucci con asa de bambú. El suyo era de gamuza de color beige, e incluso la llevaba con shorts de deporte y sudaderas, en sus múltiples viajes al gimnasio, y hacía parecer todo este atuendo como algo divino.
Como ya se ha mencionado, los bolsos con asa de bambú han formado parte del repertorio de Gucci desde el principio, y el estilo nunca se ha dejado de producir. Hace unos años, Michele nos regaló el Diana Bag, un bolso de mano con asa de bambú muy parecido a la versión que llevaba la princesa.
En esta bolsa vemos un logotipo de doble G orientado en la misma dirección (la variación del monograma de Gucci, por parte de Michele, es una de las muchas intervenciones célebres que ha realizado en la casa). Y es que no sería un diseño digno del creador italiano sin algún toque alocado, es por ello que añadió una correa elástica de color neón. Este último es un toque lúdico y extraíble que hace referencia a las bandas elásticas que Gucci utiliza para ayudar a que su bambú mantenga la forma correcta.
La bolsa Gucci Marmont
El bolso Marmont es también de data reciente, pero ya es un clásico consumado. No hace mucho tiempo que Michele asumió la dirección creativa de Gucci, y nos ofreció los bolsos Marmont, una bandolera de cadena, como un nuevo estilo esencial. Debutaron en las pasarelas de otoño de 2016, capturando todo lo que Michele pretendía embotellar y vender en forma de bolso: el espíritu bohemio sin ataduras de los años 70 y el glamour discreto del famoso hotel Chateau Marmont.
En esta bolsa Gucci, Michele introdujo el logotipo volteado, engalanando un patrón acolchado de cuero y terciopelo de estilo chevron en tonos de piedras preciosas. La colección Marmont también incluye totes, mochilas y bolsos cuadrados, y a veces los herrajes están tachonados con perlas. Sea cual sea tu elección, no te equivocarás.
Bolsa Gucci Dionysus
Ningún bolso resume mejor la estética Geek Chic del Gucci moderno que el primer bolso original de Alessandro Michele para la marca, el Dionysus.
El bolso cruzado presenta una forma de doble solapa revestida originalmente en el logo de Gucci, y se cierra con un dispositivo en forma de U, que puede remontarse a la colección de prêt-à-porter de otoño de 2015 de Gucci.
Con The Dionysus, Michele añadió una nueva pieza clásica al vocabulario de Gucci: Sí, lo sabemos se trata de otra herradura de caballo, pero ¿viste que en realidad son unas serpientes? Dionisio es el dios de la agricultura, el vino y la fiesta, y (en consonancia con el código estético de Michele) el bolso que lleva su nombre está decorado con estos fantásticos bordados selváticos, pernos eclécticos e insignias que podrías encontrar en el chaleco de una Girl Scout.
Como una deidad griega, el bolso Dionisio es ampliamente venerado, y ha mantenido su estatus de It-bag desde que fue lanzado al mercado.
La bolsa Soho disco de Gucci
En 2012, Frida Giannini (que sucedió a Alessandra Facchinetti como directora creativa de Gucci en 2006) presentó la línea de bolsos Soho disco de Gucci. Se trata de un bolso cruzado que simula un estuche de cámara elaborado con una piel de becerro granulada y con el logotipo de la doble G marcado en relieve. Y como todos los bolsos de Gucci, los Soho disco se fabrican en Prato, a las afueras de Florencia.
¿El toque final? Una contundente borla de cuero como tirador de la cremallera. La pieza alcanzó rápidamente el estatus de It-bag, apareciendo en los hombros de las chicas y chicos del centro de la ciudad en colores divertidos y saturados (aunque actualmente, la casa solo ofrece el bolso en negro y beige) como ese accesorio definitivo que debes llevar para tener las manos libres. Igual es perfecto para ir una noche a bailar en la discoteca, ¿no?
Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com.
