Shantaram: ¿Vale la pena ver la serie de redención (y acción) de Apple TV+?

Un tópico repetido y el desafío de estereotipos Shantaram nos sumerge en un viaje de redención (y no hablamos solo del protagonista).
Charlie Hunnam en Shantaram
Shantaram, la nueva serie de Apple TV+Roland Neveu

Apple TV+ tiene en Shantaram su nueva y más renovada apuesta en streaming. A decir verdad, el comienzo ha sido discreto para la plataforma dentro de Latinoamérica, que, a diferencia de otros sitios como Estados Unidos, Canadá o la propia Australia (prácticamente todos angloparlantes) ha logrado concretar con historias y narrativas específicas de dichas regiones. Cuestión por la que surge, a manera de reflexión, una pregunta en nosotros como espectadores latinos ¿Por qué ver Shantaram?

¿Por qué vale la pena ver Shantaram?

La nueva serie de Eric Warren Singer y Steve Lightfoot, sin lugar a dudas, promete, desde su tráiler, ser esa historia que nos enganche con acción, aventura, un guiño al pasado (ambientada en los ochenta), algo detectivesco y sobre todo una mirada a ese oriente sin máscaras, que tantas veces hemos visto retratado con fatales estereotipos, ahora, sin ellos. Lo que, mínimo en este escritor, ya despertó algún grado de interés.

Shantaram se basa en la novela homónima de Gregory David Roberts.

Cortesía de Apple TV+

La trama nos lleva, desde su primer tráiler, a develar una trama que narrar un camino a la redención. Charlie Hunnam es un convicto que escapa de prisión, y buscando desaparecer, encuentra en Bombay el sitio perfecto para pasar desapercibido y encontrar la redención que tanto espera. ‘Que tan lejos estás dispuesto a ir por la redención’, indica su propio avance, que nos da las pistas necesarias para saber que además de una seductora y atrayente atracción, el amor tendrá cabida en esta historia.

Ahora bien, si hablamos del elefante en la sala, debemos de hacer mención del ya clásico sentido de liberación que durante años hemos visto en pantallas, cuando un hombre blanco huye a cualquier sitio exótico para encontrarse a sí mismo (claro, y también se enamora). Algo aún inconcluso si hablamos de que la exitosa novela homónima de Gregory David Roberts que a través de su extraordinario viaje y relato logró captar una nueva perspectiva sobre este ‘viaje del héroe’ que termina enamorándonos, como ya bien lo sabemos, de un personaje enigmático y no muchas veces ortodoxo o correcto. Pero, vamos a ello.

Shantaram nos lleva a la década de los ochenta, en donde vemos a Charlie Hunnam como Dele Conti, un estudiante de filosofía y paramédico australiano quien, tras una fuerte adicción, termina en la cárcel y con cargos de robo a mano armada. Más adelante, nuestro ‘héroe’ escapa de prisión, obtiene un pasaporte falso bajo el nombre de Lindsay Ford y se dirige a dicho destino en India. Rápidamente, el protagonista hace migas con Prabhu, un guía turístico, y comienza su mezcla cultural con una majestuosa India en 1982.

En un bar de expatriados, Lin conoce a Didier (Vincent Perez), un reparador, a Lisa (Elektra Kilbey), una prostituta y a Karla (Antonia Desplat), personaje del cual su pasado es tan enigmático como intrigante y con la que nuestro protagonista se enamora al instante. Al poco tiempo, la suerte (o el destino, como le queramos llamar a esta ficción) llevan Lin a uno de los barrios más marginales de Bombay, lo que atrae la profunda atención de Khader Khan (Alexander Siddig), quien ve en el joven forastero como la oportunidad para manipularlo a su antojo.

Hasta ahora podemos decir que la premisa comienza asentarse, pero en realidad estamos hablando de una serie de 12 horas de duración, es decir, 12 capítulos con una hora de reproducción aproximadamente. Y, mientras la serie aún despega, eso sí, con constantes escenas de acción, en donde vemos la naturalidad de Charlie Hunnam con un personaje repleto de claroscuros, entre sufrimiento y pena, con bondad y esperanza; en esa efectiva narrativa de mostrarnos sus cicatrices, tanto internas como externas. Y en donde podemos decir que, si hablamos de un viaje de redención, es, en definitiva, uno muy pausado.

Charlie Hunnam revela el viaje de redención de su personaje en Shantaram.Ben King

Más allá de arcos en los personajes, como en donde Prabhu le presenta la comida a Lin, o florecen los romances entre el protagonista y Karla, o el de Prabhu y Parvati, las piezas en el tablero de este drama de acción no dejan de moverse. Pasando a los últimos episodios en donde nos despegamos un poco de la historia de nuestro protagonista a historias como la de los proxenetas de Lisa o la guerra entre pandillas, incluso con la del periodista (Sujaya Dasgupta) quien planea descifrar la historia de Lin y exponerlo. Y, claro, en este juego de prostitutas, gánsteres, proxenetas y traficantes, llega la KGB a hacer lo suyo y nuestro protagonista, Lin, encuentra la redención tan ansiada y encuentra la forma de seguir, sin seguir huyendo.

Shantaram ha encontrado una clara división entre crítica y audiencia, con un 55% de calificación de la crítica, contra un 85% por parte de los espectadores en Rotten Tomatoes; pero, si contestamos concretamente la pregunta que planteamos al inicio de este artículo ¿Por qué ver Shantaram?, podemos decir que, justamente por la redención que toma en tópicos precisos.

Hemos visto un sinfín de viajes de hombres blancos a buscar paz en sitios ‘exóticos’, pero la serie dirigida (la mayor parte de capítulos) por Bharat Nalluri muestra esta reivindicación sin clichés, sin estereotipos de países golpeados por la mala representación en pantalla, sin idealizar, pero tratando a la ciudad también como un personaje propio. La representación de un carismático Charlie Hunnam, quien ha sabido ejemplificar a la perfección este tipo de personajes ‘rotos’ en pantalla durante años y con un mensaje dual hacia la reivindicación.

Con una serie que ha mostrado ya sus cartas con tres episodios estrenados el 14 de octubre, y esperando nuevos estrenos semanalmente, ha dejado la respuesta a nuestra propia pregunta, en cada uno de estos apartados, con sus fallas y sus aciertos. Ante un público latino que, sin lugar a dudas, estará ávido de este tipo de entregas, mismas que ha consumido durante años en otros formatos.