Mientras contemplas la puesta de sol, encima de los acantilados de La Jolla, no muy lejos de la siempre presente bandada de focas, te preguntarás por qué no la habías visitado antes. San Diego, California, con una población de poco menos de 1,5 millones de habitantes, se autodenomina la mejor ciudad de Estados Unidos, y es uno de los pocos lugares que hace honor al eslogan de su oficina de turismo. En comparación con la ciudad vecina de Los Ángeles, San Diego es un espacio mucho más relajado de la Costa Oeste. Si Tinseltown es un lugar para ver y ser visto, San Diego simplemente ofrece un paisaje para disfrutarlo como tú prefieras.
Los amantes del surf encontrarán un paraíso en Encinitas, mientras que los aficionados a la arquitectura se sentirán atraídos por La Jolla, donde podrán contemplar las casas modernistas de la playa –entre ellas, una de las 20 Case Study Homes existentes–.
Los interesados en el movimiento ‘de la granja a la mesa’ deberán ir a Chino Farm, un mercado familiar cuya fama se debe al sello de aprobación de Alice Waters. Desde el turístico casco antiguo de San Diego, donde las margaritas se sirven en copas gigantes, hasta la isla de Coronado (famosa por ser el escenario de la película Some Like it Hot, de Marilyn Monroe), hay mucho que añadir a tu itinerario. A continuación, una guía completa de qué hacer en San Diego:
Hoteles y dónde hospedarte en San Diego
Un viaje rápido de 15 minutos hacia el interior desde la playa de Del Mar te llevará a la única propiedad Relais & Chateaux del sur de California, Rancho Valencia. El hotel, de estilo hacienda, está situado en 18 hectáreas de olivares y jardines y cuenta con sólo 49 suites, cada una con su propia casita de estilo español. Es difícil encontrar un rincón que no sea fotogénico en el Rancho Valencia, que ofrece a sus huéspedes muchas cosas que hacer, desde montar a caballo hasta jugar al tenis o al golf, o pasar un día en la alberca.
Uno de los pocos hoteles situados cerca de la playa de San Diego, La Valencia es reconocible por el color de su fachada rosa pálido. Construido en 1926, este establecimiento de estilo español cuenta con suelos de terracota y detalles de azulejos y está perfectamente situado en el centro de La Jolla. Los restaurantes y las famosas focas están cerca, pero seguro que querrás quedarte en el hotel para ver la puesta de sol desde tu balcón.
Si un hotel puede considerarse una gran dama en San Diego, ese es el US Grant. Situado en el Gaslamp Quarter de la ciudad y con vistas a la bahía de San Diego, cerca de la estatua del ‘marinero que besa’, el hotel ocupa un impresionante edificio de 1910. En el amplio vestíbulo, encontrarás lámparas de araña y palmeras que llenan el espacio. Su escala y su entorno lo hacen perfecto para las familias; al fin y al cabo, fue construido por el hijo del 18º presidente de los Estados Unidos, quien, por supuesto, le puso el nombre de su padre.
The Guild es relativamente nuevo en el panorama hotelero de San Diego, situado en Gaslamp Quarter, en un espacio majestuoso que en su día albergó un YMCA. Este edificio emblemático de 1920 ofrece interiores con un toque más contemporáneo. Los amantes del diseño apreciarán las cabeceras tapizadas en cuero y los toques de las bombillas Edison. Los huéspedes deberían tomar su café en el encantador patio lleno de sombrillas a rayas blancas y negras, y si el restaurante Luca está abierto (actualmente cerrado), no hay que perderse la comida italiana.
Si lo que buscas es una experiencia hotelera animada con un ambiente alegre, Pendry San Diego es para ti. Ubicado en una nueva y elegante estructura en el Gaslamp Quarter de la ciudad, los huéspedes de Pendry podrían perfectamente cenar en el hotel durante toda su estancia sin repetir una comida: hay seis bares y restaurantes entre los que elegir. A pesar de la variedad y la escala, Pendry se presenta como una serie de habitaciones y salones íntimos llenos de banquetas de terciopelo y sillones de cuero. Pero su mayor atractivo se encuentra en la azotea, donde la alberca ofrece otro lugar más para disfrutar.
Ninguna descripción del Hotel del Coronado omite su famosa aparición cinematográfica en Some Like It Hot. Situado en la isla de Coronado, a la que se llega por un largo puente que se extiende y se curva como una coma, el hotel está alojado en una extensa estructura victoriana que la dirección del hotel se encarga de preservar con sumo cuidado, ya que es uno de los pocos ejemplos que quedan de lo que se considera la arquitectura de ‘complejo playero victoriano de madera’. El hotel, una estructura encalada coronada por una torre cónica de color rojo, acoge a los huéspedes durante todo el año, se alojen o no en la propiedad. Cuando llega la Navidad, el espacio está repleto de altísimos árboles salpicados de orbes metálicos, aunque las multitudes acuden durante todo el año a los numerosos restaurantes familiares.
En el Estancia encontrarás un poco de calma, sobre todo en sus jardines o en el spa. Situado cerca del famoso campo de golf de Torrey Pines, el espacio más pintoresco de este hotel de estilo hacienda con tejados de terracota es sin duda su patio. La propiedad se asienta en 4 hectáreas de jardines, lo que hace que sea una delicia pasar el día en el hotel.
Si prefieres optar por Airbnb, es fácil encontrar encantadoras casas de campo cerca de las playas o departamentos bien equipados en el Gaslamp Quarter. Y si lo que quieres es vivir la experiencia de una casa de playa de ensueño, te recomendamos una villa de 5 dormitorios frente al mar en La Jolla a través de Airbnb Luxe.
Restaurantes y dónde comer en San Diego, California
Dependiendo de dónde te alojes, puede que te cueste un poco llegar a Carlsbad, pero la caminata hasta Jeune et Jolie valdrá la pena, ya que este bistró francés fue nombrado uno de los mejores restaurantes nuevos de Estados Unidos por Esquire.
El mejor restaurante de San Diego es el más informal. Una institución en La Jolla, El Pescador sirve algunos de los mejores mariscos. También puedes elegir la pesca del día para hacer tu propia barbacoa.
Propiedad de una joven pareja de San Diego, Valentina es un bistró y bar de vinos situado en Leucadia, junto a la autopista 101. El menú, que se inspira en lo más destacado de la cocina de España, Francia y Ciudad de México, es tan delicioso como su moderno ambiente rústico.
Aquellos que busquen el desayuno más Instagrammable de la ciudad no deben buscar más: Morning Glory es la opción ideal. El espacio, de color rosa, tiene mucha personalidad y un menú igualmente memorable que ofrece nuevas versiones de los clásicos del brunch. El equipo detrás de Morning Glory también dirige el cercano restaurante de carnes Born and Raised, que también vale la pena visitar.
Hay dos locales de Sushi Ota; el original está en un centro comercial poco llamativo en Pacific Beach, pero no dejes que la falta de atractivo estético desde la acera, te disuada. El restaurante, que también ofrece cenas omakase, es famoso y no hay que perdérselo.
Pregunta a algunos locales dónde se pueden comer los mejores tacos de la ciudad, y probablemente se producirá un debate. Aunque hay muchas opiniones, casi todo el mundo está de acuerdo en que Tacos El Gordo encabeza la lista. Este lugar de tacos sin pretensiones se originó en Tijuana en 1972 antes de abrir su tienda en Chula Vista en 1998. No te puedes equivocar con el taco de adobada.
En el barrio de Mission Hills se encuentra Fort Oak, un restaurante que antiguamente albergaba, entre otras cosas, un concesionario de coches Ford. Una de sus salas tiene forma de U y ofrece 16 asientos alrededor de la cocina, donde casi todo se cocina en un fuego de leña.
Turismo: Qué hacer y visitar en San Diego, California
Los visitantes pueden pasar un día entero en el Parque Balboa y no aburrirse nunca. Además del Jardín Botánico, el Museo del Aire y del Espacio, el Museo de Artes Fotográficas y el Museo de Arte Timken, el parque alberga lo que los aficionados al cine clásico reconocerán como la imponente finca de Ciudadano Kane, de Orson Welles. Al lado del Parque Balboa también se encuentra el mundialmente famoso Zoológico de San Diego, que alberga más de 12,000 animales.
Si te apetece observar aún más fauna, estaciona tu coche en la playa de La Jolla Cove para presenciar la hilaridad de las focas autóctonas y las crías recién nacidas. Para disfrutar de la mejor experiencia de observación, alquila un kayak para acercarte mucho más a las cuevas de las focas.
En 1959, la ciudad de San Diego regaló a Jonas Salk, el científico que descubrió la vacuna contra la polio, un terreno en La Jolla en el que podría construir un centro de investigación biológica. Salk encargó el proyecto a Louis I. Kahn, pidiéndole que ‘creara unas instalaciones dignas de la visita de Picasso’. También se consultó al arquitecto mexicano Luis Barragán sobre el diseño, quien recomendó dejar la plaza abierta en lugar de llenarla con un jardín. En la actualidad, el Instituto Salk está en pleno funcionamiento y es una maravilla arquitectónica.
En la misma franja de terreno donde se encuentra el campo de golf de Torrey Pines hay una caminata que ofrece vistas privilegiadas del Pacífico. A lo largo del camino también verás los famosos árboles que dan nombre a la reserva; son una especie en peligro de extinción exclusiva de la zona. Además, una caminata en la reserva (hay ocho senderos que en su mayoría no superan los cinco kilómetros de ida y vuelta) es de bajo esfuerzo y alta recompensa.
Cruza el puente o toma un ferry hasta la isla de Coronado, aunque sólo sea para ver el Hotel del Coronado y otras encantadoras casas victorianas. O pasa el día en cualquiera de sus playas de arena blanca: Coronado Central Beach, Coronado Dog Beach, Glorietta Bay Beach, Silver Strand State Beach y Ferry Landing Marketplace.
Este es un teatro con una encantadora historia digna de Hollywood: fue fundado en 1947 por el actor Gregory Peck junto a Mel Ferrer. Situado en el campus de la Universidad de California en San Diego, el teatro presenta constantemente producciones de Broadway, así que comprueba qué está en cartelera cuando estés en la ciudad.
Una larga y empinada caminata te llevará a Black's Beach, un tramo de arena blanca bajo verdes acantilados. Podrás ver a los surfistas más dedicados arrastrando sus tablas hasta el agua, y también verás mucha naturalidad: es la mayor playa nudista de Estados Unidos.
Para comprender realmente la historia del origen de San Diego, diríjete a la Basílica de la Misión de San Diego de Alcalá, que fue la primera de las 21 misiones franciscanas construidas en California. Fundada en 1769, la Alcalá domina el casco antiguo de San Diego y cuenta con paredes de estuco blanco, tejas españolas y arcos.
Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com. Adaptado por Roberto Sierra.
