Maia Reficco está viviendo su momento. Y es que crecer sabiendo que el mundo te escucha y te mira, no debe ser tarea sencilla. Más aún siendo mujer, joven, latina, extremadamente sensible –como ella misma se autodefine– y con sueños tan grandes en un mundo en el que, poco a poco, parecen desdibujarse sus límites, pero en el cual el éxito aún se resiste a determinadas formas. Vivir explicando de dónde es, en qué idioma habla o cuál es su estilo, fueron obstáculos que tuvo que aprender a sortear y parte de su crecimiento.
Expuesta a esa voz juzgadora, que muchas veces olvida que nadie es de aquí y tampoco de allá, la actriz y cantante Maia Reficco tuvo que hacer un trabajo extra para encontrar su verdadera identidad. Gracias a sus ideales y valores, fue dando pasos de valor en la industria del entretenimiento que, aunque aún no lo sepa, están haciendo historia. Nació en Estados Unidos, pero sus raíces y su corazón siempre miran hacia el sur. La esencia de Maia está allá abajo, pero sus anhelos no tienen techo. Hoy mira para atrás, recuerda cada esfuerzo, cada vez que estuvo lejos de su gente y cada obstáculo que sorteó y no lo puede creer, ‘en este momento me siento muy movilizada, por fin estoy viviendo la realidad que ha sido mi sueño desde ‘muy chiquita’ y es muy mágico, pero a la vez, tiene muchos desafíos’, cuenta la actriz y cantante. Y cuando dice ‘muy chiquita’, es muy pequeña de verdad: a los siete años se mudó de Estados Unidos a Argentina junto a sus padres, oriundos de esta tierra que también ella siente como propia.
Hija de los Y2K, para los nueve ya estaba tomando clases de actuación y a los 15 se mudaba a Los Ángeles para entrenar junto al coach vocal de artistas como Ariana Grande y Camila Cabello. Con tan solo 17, debutó con su primer protagónico, convirtiéndose en Kally Ponce, en la exitosa serie de Nickelodeon, Kally’s Mashup. Dos años más tarde, dio el salto con un rol protagónico en el legendario musical Evita de Broadway, consagrándose como la actriz más joven en interpretar a Eva Perón, reconocida política y actriz argentina, que reencarnó a través de mujeres como Madonna o Elena Roger. Y ahí, en pleno florecer, se animó a dar otro salto más, esta vez, hacia su propia música. Con su cuarto sencillo recién estrenado, Rápido y furioso, recuerda sus primeros sencillos Tuya, De ti y Tanto calor y reconoce cuánto creció en tan poco tiempo. ‘Con Rápido y furioso, que es un tema pop y que amo, me alejé un poco de lo urbano, ya siento que no me interpela tanto, que también era lo que el mundo esperaba que haga. Y, si bien me gusta, entendí que toda la vida quise hacer pop o R&B, y no lo hacía por inseguridades, por el qué dirán… pero ahora me animé y le estoy dando mucho amor a esa herida de la mirada ajena’. Así, cuenta tener tres discos terminados, pero que pocas canciones verán la luz.
Es que en este crecimiento tan rápido y desafiante, Maia Reficco fue construyendo pedacito a pedacito su verdadera identidad y trabajando para que las imposiciones sociales no se interpongan en su camino. ‘Vengo de un proceso de mucha búsqueda de mi persona y mi artista, me ha sido muy difícil encontrar en dónde me quería parar realmente y que sea auténtico. Mientras, fui haciendo y ahora estoy viendo cuáles de todas esas cosas sí me siguen atravesando’. Y esta última palabra se repite sin cesar en su discurso… porque ella tiene su eje, sus valores y sus ideales siempre presentes: ‘el tema ideológico ha sido una barrera. Más aún sabiendo que tengo un público tan joven y que, si bien mi tarea no es educar a nadie, como artista siento la responsabilidad de comunicar. No es nada menor toda la gente que está del otro lado y sé que desde acá se puede hacer mucho. Incluso en este mundo en absoluto caos, como artistas, podemos brindar esperanza, entretener, alegrar, generar sentido de unidad y de familia’. Además, su historia la hizo sensible a reconocer privilegios, aún dentro de lo privilegiado, a la diversidad, a la libertad, al feminismo, a encontrar nuestro valor en el mundo… ‘Me sucede que todos estos temas, yo los atravieso de una forma tan real y tan carnal que, más allá de lo que haga o lo que escriba, están ahí, siempre, en mi persona en su totalidad’.
Hoy celebra haber cumplido uno de sus sueños, ser parte del entretenimiento mainstream, pero, en especial, poder representar a Latinoamérica en el mundo con su papel en Pretty Little Liars: Original Sin, el reboot de la serie con la que Maia asegura haber crecido y confiesa tener escrito al pie de su cama de adolescente el nombre de una de las protagonistas. ‘Yo estaba medio enamorada de Lucy Hale y no entendía si me gustaba o quería ser como ella, fue realmente parte de mi adolescencia, crecí con ella, y me es muy loco estar ahora acá. Pero lo que más me conmueve es que yo no veía gente que se pareciera a mí, que hable en español argentino y que tome mate en el entretenimiento mainstream. No hay, no existe... lo más cercano que tenemos es Anya Taylor-Joy que es una mujer blanca y rubia, que se merece absolutamente todo lo que le está pasando, pero que no se parece a mí en nada... entonces, poder ser eso para niñas y niños de Argentina y Latinoamérica es muy movilizante porque realmente estamos muy infrarrepresentados a nivel mundial’.
Agradecida y motivada por todo lo que se viene, la artista espera también estrenar este año Do Revenge, una película para Netflix junto a Camila Mendes, Maia Hawke y Sophie Turner, con la que busca seguir viajando a través de sus sueños de norte a sur, de este a oeste, sin límites… haciendo historia con la suya propia, una con la que además, espera dejar su huella en el mundo y la mente de nuevas generaciones.
