La reivindicación de las canas: Adiós al tabú de esconderlas

Padecer canas es uno de los tabúes con los que hemos tenido que lidiar. ¡Ya no! Este es un manifiesto capilar a favor de ese cabello blanco que expresa más que un simple color.
cabello con canas
Andreas Kuehn

Vivir con canas es una realidad que, personalmente, he vivido desde la temprana edad de los 16 años. A esa edad, no me hubiera imaginado encontrar los primeros indicios de un par de cabellos blancos que se ocultaban entre la oscuridad y la abundancia de mi cabello, misma oscuridad que traspasó a mi inseguridad y la obsesión por evitarlas. ¿Mi primera solución? Arrancarlas y pretender que nunca las había visto. A pocos días de cumplir 36 años y cumplir dos décadas de vivir con canas, estas se han convertido en un símbolo más de mi personalidad y un recuerdo de mi paso por esta vida a la que les dedico estas líneas.

Símbolo de vejez o deficiencia de nutrientes eran dos de los argumentos que me atormentaban al enfrentarlas en los años venideros frente al espejo. Lo que inició con un par de cabellos blanquecinos en la parte de la nuca, a los pocos años se extendían como brotes en diversas partes de mi cuero cabelludo. ¡Una maldición por haber arrancado esas primeras canas, mi signo de vejez! Sin duda, en mis pensamientos todo lo malo parecía rodearlas e integrar su naturaleza.

 Después de recurrir a algunos tratamientos poco confiables, como lavar mi cabello con sábila o cortarlo al ras para permitir que el cabello nuevo surgiera, lo único que lograba era caer en cuenta de que las canas serían parte de mi vida desde una temprana edad.

Una mujer lleva sus canas como parte de su beauty look.Ekin Ozbicer.

En unos minutos de reflexión, pensaba que a mis treinta y tantos sería un viejo zorro plateado, mientras que mis amigos apenas sufrirían sus primeros estragos y yo los vería con toda la madurez. Y así es. Hoy en día, las canas en la mayoría de mi cuero cabelludo son una realidad que me gusta disfrutar y sacar provecho.

A la llegada de mis 30 años decidí olvidar los remedios que trataban de ocultarlas provocando efectos dañinos en la salud de mis fibras capilares. Un buen día le comenté a mi estilista que recortará al mínimo mi cabello y dejará que el poder de mi naturaleza naciera de la raíz sin tener que preocuparme por cubrirlo.

Sarah Harris, de Vogue UK, fue una de las pioneras en hablar del orgullo de llevar un cabello platinado natural.

Cortesía

Créanme que nadie lo notó, hasta pasados unos meses, en los que ese esperado comentario sobre el "Qué bien que te dejaste las canas, te dan más personalidad" llega a tus oídos. Desde ahí, puedo asegurarles que todo ha sido miel sobre hojuelas, lo único de lo que me arrepiento, es que mi colega de Vogue UK, Sarah Harris, haya escrito antes sobre su famosa melena platinada, pero no hay problema, cada quien debe asumir con orgullo su propia realidad en el tiempo indicado y hoy es mi momento.

Recientemente, Salma Hayek mostró al mundo entero sus canas.

El hecho de que actrices o personajes influyentes como Salma Hayek o Meghan Markle dejen ver sus canas en estos días en los que el qué dirán se ha convertido en un fantasma del pasado, es un buen comienzo para que tú, quien ha vivido atormentado o esclavizado al esconder tus canas, des un voto de confianza y las muestres con orgullo. Creo que pocas partes de nuestro cuerpo demuestran tanta liberación como el cabello.

Desde una perspectiva y reflexión filosófica, pocos elementos están tan unidos a la raíz de nuestro ser como lo es una fibra capilar, por lo que cada cabellito, sin importar el color que sea o el tono al que esté evolucionando es una profunda conexión con nuestro espíritu, así que por qué no hacerlo que ondee y brille con la más poderosa seguridad que nace de nuestro interior, porque si el blanco es un color que abandera grandes causas, en estos días te aseguro que llevas un gran estandarte en el que puedes confiar.