Cómo cuidar la postura para prevenir el envejecimiento corporal, según las expertas

De la piel a los huesos, pasando por la musculatura y los sistemas linfático y sanguíneo; la postura repercute en cómo envejece todo el cuerpo.
Modelo con vestido rojo
Emma Summerton.

¿La postura corporal afecta al envejecimiento? Absolutamente. En otras ocasiones hemos hablado de que, mantenida en el tiempo, una postura incorrecta puede provocar descolgamiento y flacidez, así como arrugas. Sin embargo, no habíamos abordado su repercusión en el envejecimiento corporal, un secreto a voces entre las especialistas en la materia. Como dice la quiromasajista experta en reflexología, Irene Vilches, ‘cualquier alteración continuada de nuestra postura repercute también en nuestros sistemas circulatorios (sanguíneo y linfático), influyendo así en el ritmo de envejecimiento de los tejidos’. Una relación a priori inesperada que cobra todo el sentido cuando atendemos las explicaciones de expertos como ella. Por ejemplo, ‘cuando nos damos un masaje, nos invade una sensación de ligereza o incluso de estar más estirados. Eso es porque una de las funciones de los músculos es dar soporte y protección al cuerpo; si los cuidamos, también ayudaremos a frenar nuestro envejecimiento óseo’.

Cómo repercute la postura en el envejecimiento corporal

Experta (entre otras disciplinas) en estética, quiromasaje, diagnóstico morfológico, cosmetología y medicina ortomolecular, Yvette Pons defiende la influencia de la higiene postural en cómo nos afecta el paso del tiempo: ‘La relación entre la postura y el envejecimiento del cuerpo no es otra que el estado del propio eje corporal. Que esté equilibrado y alineado es la base de la estabilización de todo el cuerpo y del correcto movimiento al caminar o al articular las extremidades’.

‘Una correcta higiene postural abarca del apoyo de los pies hasta la posición de la cabeza: el eje gravitatorio del cuerpo debería recorrer una línea recta desde la parte media de la oreja, continuando por el hombro, siguiendo por el hueso pélvico, por el lateral de la rodilla y finalizando en medio del tobillo. Para que sea correcta, la cabeza debe estar en línea con los hombros, y estos, con la cadera’, explica Pons, que ha desarrollado las terapias Sulyfth y YV-Lyfth.

Qué posturas evitar para prevenir el envejecimiento

Irene Vilches, creadora del tratamiento Visage Total Booster nos aconseja eludir ‘todas aquellas posturas que no respeten la curvatura natural de nuestra columna’, como : 

  • ‘Una flexión de cabeza mantenida durante un largo periodo. Es la postura que adquirimos habitualmente al utilizar el teléfono móvil y que a corto plazo hace que aparezcan arrugas profundas en el cuello y el escote’.
  • ‘Un claro ejemplo del efecto que produce una alteración en una de las curvaturas de la espalda es la rectificación cervical. Nuestro mentón se ve dirigido hacia el pecho y hace que aparezca la temida papada’. Esta suele producirse por trabajar muchas horas frente a la computadora.
  • ‘Debemos evitar, en la medida de lo posible, situaciones de estrés que conllevan bruxismo, dolores de cabeza o migraña ocular, que provocan arrugas en el mentón, la frente y la zona del entrecejo’.
  • ‘Dormir de lado también produce y acentúa las arrugas en la cara y el escote por la presión que ejercemos. Lo más recomendable sería dormir boca arriba’.

Además, Yvette Pons añade a la lista estos rasgos generales:

  • Hombros hacia delante y caídos.
  • Pelvis retraída hacia dentro.
  • Abdomen relajado y proyectado hacia fuera.
  • Rodillas flexionadas hacia delante.
  • Caminar con rigidez.
  • Estar demasiadas horas sentados, para evitar que el psoas reduzca su extensión acusando la falta de respiración del diafragma y retracción de los glúteos.

Todas estas posturas provocan, en sus palabras, una pérdida del equilibrio, forma y eje de nuestro cuerpo, al tiempo que empeora nuestro sistema circulatorio (tanto venoso como linfático), originando un envejecimiento prematuro de los órganos. ‘También influirá directamente en la respiración diafragmática [que posee relación con la pérdida de peso], reduciendo su capacidad ventilatoria y pulmonar, y en todos los órganos que están relacionados con la mecánica funcional, como el sistema digestivo, etc.’, nos dice Yvette Pons. ‘Empezaremos a estar afectados por dolores articulares y malestar general, lo que repercute en el envejecimiento’, añade.

Qué posturas favorecer para un envejecimiento más 'positivo'

Esta experta en postura corporal recomienda ‘extender bien cada pierna a cada paso al caminar, como si quisiéramos impulsarnos hacia atrás con los dedos del pie al finalizar la pisada. Tener esta conciencia nos ayudará a que los glúteos estén tonificados y la pelvis adopte su movimiento natural (sin bloquearse)’.

En segundo lugar, Yvette es partidaria de ‘mantener siempre el abdomen tensado con una pequeña tracción hacia dentro: al agacharnos, al sentarnos, al caminar, al saltar, al correr. Nos ayudará a que nuestra espalda y vértebras no sufran acomodándonos con posturas incorrectas’.

Por otro lado, nos aconseja 'intentar mantener siempre los hombros en línea recta con la pelvis, sin escondernos cerrándolos hacia delante; no hay que forzarlos. En el caso de las mujeres, imaginen que nos ajustan el tirante del sujetador desde la espalda: esa pequeña tracción es suficiente para ir recolocándolos en su sitio. En el caso de los hombres, imaginen lo mismo pero con una mochila en su espalda”.

“De la misma manera, cuando estemos con el celular, delante de la computadora o leyendo un libro, intentemos no descender la cabeza, sino la mirada', añade Pons. Y finalmente, al sentarnos en una silla, 'tenemos que intentar que los pies estén totalmente apoyados en el suelo, las rodillas deberían estar un poco más bajas con relación a la cadera –más o menos unos cuatro dedos–, los isquiones (los huesecitos que tenemos en los glúteos) deberían estar bien apoyados en el asiento (o sea, tendríamos que estar sentados encima de ellos) y la zona escapular debería estar apoyada en el respaldo de la silla, pero no las lumbares”, apunta la experta.

En resumen, ‘todas aquellas que respeten las curvaturas naturales de la espalda, imprescindibles porque además de actuar como un muelle y amortiguar el movimiento cuando caminamos, sirven para sostener los músculos y órganos. Debemos mantenernos activos y favorecer posturas en las que no realicemos una flexión o una extensión forzada durante mucho tiempo; algo que repercute en la funcionalidad de la musculatura y del sistema linfático’, destaca Irene Vilches. Lo esencial es una postura consciente.

Artículo originalmente publicado en Vogue España, vogue.es. Adaptado por Amira Saim.