Desde que practico la regla del minuto mantengo el orden y limpieza en casa sin esfuerzo

Un hábito que me ha ayudado a mejorar el modo de organizarme y que ha aliviado mi carga mental de forma considerable
Cómo mantener la casa limpia y ordenada.
Foto: Dan Martensen.

El orden y limpieza en casa eran asuntos que gestionaba con gran esfuerzo hasta que aprendí la regla del minuto.

Me considero una persona bastante ordenada y mi hogar es una suerte de templo del descanso, por lo que el orden y la limpieza en casa son una de mis prioridades… pero no la única, claro.

De ahí que tuviera la costumbre de aplazar quehaceres, movida por la pereza o la aparente falta de tiempo para guardar o limpiar determinadas cosas. Porque ¿cuál es la prioridad en nuestras vidas frenéticas: ¿dormir o lavar la ropa?; ¿lavar esa taza o sacar a pasear al perro? Todo es importante, pero entre semana destinaba más tiempo a ver videos de orden y limpieza que poniéndome manos a la obra, puesto que nunca encontraba el momento… Al final solía destinar una parte del fin de semana al orden y limpieza en casa, procurando atar esos cabos sueltos que impedían que mi hogar estuviera perfecto.

Si lo puedes hacer en un minuto o menos, ¡hazlo!

Dan Martensen.

Pero por meses, mi carga mental estaba al límite y tenía muy claro que no iba a formar parte del club de las 5 de la mañana (¡ni pensarlo!). Precisamente por eso, necesitaba integrar un hábito cotidiano que me llevara a limpiar y recoger esas pequeñas cosas sin pensarlo; nada de crear un evento en mi calendario para resolverlas.

La regla del minuto o método japonés Kaizen

La respuesta fue la regla del minuto, que escuché de boca de una amiga. Según esta sencilla norma para conservar el orden y la limpieza en casa, el criterio para llevar a cabo (o no) una tarea en el acto, dependerá de si va a llevarnos menos de sesenta segundos ejecutarla.

Piensa en esa mancha en la cocina, el cepillo del cabello fuera de su cajón en el baño, la pijama sin doblar sobre la cama. Todos son ejemplos de inconvenientes que pueden ser resueltos respectivamente en menos de un minuto. Si nos ocupamos de ellos al instante, ni nos daremos cuenta, pero dejarlos para más tarde nos producirá una desagradable sensación de ‘tareas pendientes’. En efecto, nos llevará mucho más tiempo ejecutarlas juntas, lo que a su vez aumentará nuestra carga mental y la falta de ganas de ponerles remedio.

Ya cantaba Blancanieves que ‘cualquier quehacer es un placer si se hace sin pensar’, y la regla del minuto es mi forma particular de poner su visión en práctica. Menos de un minuto no es nada; lo haces y te olvidas, sin añadir una nueva tarea a tu lista mental.

Con la regla del minuto dedicas menos tiempo a limpiar y ordenar la casa

Lo cierto es que hace un año que pongo en práctica la regla del minuto, y nunca pensé que tendría consecuencias tan notables. Cuando llega el momento del orden y limpieza en casa, todas esas minucias que se habían ido acumulando y en las que tanto tiempo solía invertir han desaparecido; y en el día a día, mi hogar tiene un aspecto mucho más cuidado.

Y la clave está en formularme una pregunta de forma rutinaria cuando surge una nueva tarea: ¿puedo limpiarlo o recogerlo en menos de un minuto? Si es que sí, lo hago. Y te diré una cosa: te sorprendería la cantidad de aspectos que pueden solucionarse en menos de sesenta segundos y el impacto tan positivo que poseen en la salud mental y la apariencia de tu hogar. Un verdadero hábito revolucionario.

Artículo originalmente publicado en Vogue España, vogue.es.