Finalmente llega el lunes 6 de mayo, el día de la MET Gala 2024, en la que los anfitriones, Bad Bunny, Chris Hemsworth, Jennifer López, Zendaya y Anna Wintour, de Vogue, darán la bienvenida al museo a una exposición titulada “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” y, como todos los años, la gala cuenta con un código de vestimenta que hace referencia directa al tema de la exhibición que se inaugura.
Este año, el dress code que los invitados deberán seguir –o no– será “The Garden of Time” y, en este artículo, te explicaremos la historia detrás de esta selección, con más de una idea de cómo llevarlo.
Explicación del código de vestimenta de la MET Gala 2024: Jardín del Tiempo
Para entender el código de vestimenta de MET Gala 2024, “Jardín del Tiempo” (The Garden of Time), es necesario, en primer lugar, comprender el concepto de la exposición de este año.
La próxima muestra no tiene nada que ver con los hermanos Grimm ni con Disney, sino con la celebración de la ropa y la moda, tan frágiles que no pueden volver a lucirse y que, por tanto, son bellezas durmientes en los escrupulosos archivos del Costume Institute. (En esta analogía, podemos considerar al conservador Wendy Yu a cargo de The Costume Institute, Andrew Bolton, el príncipe por despertar estas modas para una exposición).
Según el Museo Metropolitano de Arte, debemos esperar una gama de moda expuesta, que se remonta a un corpiño inglés de la época isabelina del siglo XVII, que encarna la belleza del mundo natural, su fragilidad y su inevitable decadencia. Junto a ellos, se expondrán piezas más modernas y menos delicadas, impregnadas del mismo espíritu que la moda iluminada, y divididas en tres subtemas: Tierra, Mar y Cielo.
La segunda parte para entender el código de vestimenta de este año, “The Garden of Time”, es conocer un poco su inspiración: un relato corto del mismo título escrito por J.G. Ballard en 1962. (El autor es quizá más conocido por su novela “El Imperio del Sol”, que fue adaptada al cine por Steven Spielberg).
La historia habla del Conde Axel y su esposa, la Condesa, en su utopía de ocio, arte y belleza; viven en una villa con una terraza que da a un jardín de flores cristalinas con hojas translúcidas, tallos brillantes como el cristal y diamantes en el corazón de cada flor. Aunque, como en toda la obra de Ballard ("ballardiano", según los diccionarios contemporáneos, ha llegado a representar “la modernidad distópica, los sombríos paisajes artificiales y los efectos psicológicos de los avances tecnológicos, sociales o medioambientales”), hay un elemento distópico en su paraíso; aferrarse a él es como intentar mantener intacto cada grano de un puñado de arena en la palma de la mano.
Más allá de los muros de la villa del Conde Axel, una turba invasora y caótica se acerca cada hora. Para restablecer la tranquilidad, el Conde debe arrancar de su jardín una flor para invertir el tiempo, hasta que no quede ninguna. La historia termina con la turba irreflexiva descendiendo sobre la villa, ahora una propiedad en ruinas con un jardín descuidado, en el que una estatua del Conde y su Condesa se encuentran enredados entre espinosas plantas de belladona.
Pero, como dice TikTok, uno de los patrocinadores de la gala: “Suena buen la historia, ¿pero cómo vamos vestidos?” Desglosemos las muchas maneras de interpretar el tema. Resumiendo, el código de vestimenta, al igual que la exposición, trata de la belleza fugaz. La interpretación más obvia sería abrazar la parte “jardín” de “The Garden of Time”, es decir, flores melancólicas.
¿Cómo llevar código de vestimenta de la Met Gala 2024?
Entre las piezas que sabemos que forman parte de la exposición se encuentra un abrigo de noche negro de Charles Frederick Worth de 1889, confeccionado en jacquard con tulipanes de loro que, según el Met, tienen una “agresiva cualidad dinámica”.
Algo de la colección Primavera 2014 de Dries Van Noten, que incluye bordados de tulipanes de loro aparentemente extraídos de la capa de Worth, sería una elección inteligente. También lo sería algo de su colección de primavera de 2017, en la que las modelos desfilaron por una pasarela flanqueada por exquisitas flores congeladas en bloques de hielo por el artista floral de vanguardia Azuma Makoto; la referencia floral cristalina sería un guiño encantador a Ballard.
Más para los que abrazan el tema floral: En las colecciones de alta costura del mes pasado hubo un puñado de prendas cargadas de flores. Pensemos en un look del debut en la Alta Costura de Simone Rocha para Jean Paul Gaultier, en el que las modelos desfilaron con rosas plateadas en las manos, como si Rocha supiera lo que se avecinaba. O el look 36 de Giambattista Valli, con sus melodramáticas e impresionistas flores de lentejuelas.
Más allá de estas recientes colecciones de Alta Costura, están las piezas adornadas con flores de Karl Lagerfeld en la colección de Alta Costura Primavera 2015 de Chanel, que estaba ambientada en un jardín que florecía mecánicamente, muy Ballardiano. Incluso recomendamos looks con flores reales, preferiblemente podridas; básicamente, querrás parecer un memento mori andante mientras subes los escalones de la alfombra roja de la MET Gala.
También se pueden buscar pistas no florales en el texto de Ballard. Aunque se avecina la destrucción, la Condesa toca Mozart y Bach en su clavicordio. ¿Qué tan apropiado es el look de notas musicales de Valentino Primavera 2014? Y para los que quieran seguir fielmente el texto, se describe al Conde Axel vistiendo terciopelo negro y corbata de seda.
El tiempo, su inversión y nuestra impotencia ante él, es otro tema a explorar. Alguien podría llevar en la muñeca el reloj Crash de Cartier, inspirado en Salvador Dalí. O, para una versión más desenfadada (y un guiño a un tema anterior de la MET Gala), el vestido reloj de Moschino de otoño de 2022.
Por otra parte, los asistentes a la gala pueden dejar a un lado la historia de Ballard y sumergirse en la propia exposición, que celebra la naturaleza en la moda. Sabemos que los borrosos vestidos florales de Loewe de Otoño 2023 están incluidos en la exposición; cualquiera de ellos sería encantador. También sabemos que hay varios looks de Alexander McQueen en la muestra, ya que era un maestro de la alta costura repleto de curiosidades. Su vestido de la primavera de 2001, hábilmente confeccionado casi en su totalidad con conchas de almeja navaja que el diseñador recogió en las playas de Norfolk, está presente; al igual que el minivestido con alas de mariposa monarca de Sarah Burton para Alexander McQueen. Esto nos dice que vayamos más allá de las flores: fijémonos en las encarnaciones menos utilizadas de la flora y la fauna en la moda. Si consideramos los subtemas de la exposición: Tierra, Mar y Cielo, podríamos proponer moda inspirada en las vetas de la madera (¿quizá un precioso moaré de seda?), el dibujo de las escamas de los peces y la iridiscencia del ala de una libélula. La naturaleza nos ofrece mucho más que flores.
Por último, está el concepto más amplio de la propia exposición: la moda de antaño que merece nuestra atención. Natalie Portman ya ha lucido una recreación del Junon de Dior (que figura en la exposición), así que tal vez alguien que asista con Dior aparezca con el vestido Venus de Dior de 1949 (también en irá alineada al tema de la exhibición “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion”).
Seleccionar una pieza de archivo destacada, sea o no una recreación, reconocería el espíritu de una exposición centrada en el paso del tiempo. Sin embargo, mientras que la mayoría de las exposiciones utilizan el tiempo en una cronología, una forma de dividir los objetos en progresiones digeribles, “Bellas durmientes” obliga al espectador a adelantarse. Un día, todo lo que hay en la exposición será demasiado frágil para volver a vestirse.
Es un código de vestimenta que hay que desentrañar, pero ¿qué es la Gala del Costume Institute sin un poco de teoría intelectual de la moda?
Artículo publicado originalmente en Vogue US, vogue.com.
