Si trabajas en la industria de la moda, en una industria relacionada con la moda, o simplemente eres un ser humano con acceso a Internet, imagino que, como yo, te has cansado un poco de la palabra Barbiecore se pronuncia en tu presencia. Y mientras Margot Robbie parecía haber dejado atrás su fase rosa a finales del año pasado (recordemos su vestido Schiaparelli de chocolate en el estreno de Los Ángeles de Saltburn), hizo una aparición preocupantemente fucsia como Barbie SuperStar en Giorgio Armani Privé en los Globos de Oro.
Alabado sea Ken, entonces, que en el almuerzo de los Premios AFI el 12 de enero, volvió hacia la luz (sólo puedo suponer que el monólogo de Jo Koy arruinó cualquier cosa y todo lo vagamente relacionado con Mattel para ella para siempre). La protagonista de Barbie –cuya relación con Chanel no está definitivamente exenta de detractores– reafirmó su estatus de icono de moda con el estilista Andrew Mukamal, portando un look originalmente modelado por Claudia Schiffer en el desfile Primavera-Verano 1995 de Karl Lagerfeld para la casa francesa. Con la excepción de un par de Manolo Mary-Janes y un puñado de joyas de Jessica McCormack, la actriz australiana recreó el atuendo original al pie de la letra, con un broche Gripoix y cinturón de cristal con el logotipo de la doble C.
La historia del look Chanel de Margot Robbie
Lagerfeld llevaba ya más de una década al frente de Chanel cuando, en un escenario inspirado en la Costa Azul durante la Semana de la Moda de París, se realizó esta presentación en la que toda supermodelo que se preciara se enfundó en diseños que llevaban intencionadamente al límite la noción del ‘buen gusto’. Los trajes de tweed miniaturizados y los LBD cortados en rodajas se combinaron con sujetadores y tangas deslumbrantes; Kristen McMenamy se pavoneó por la pasarela con un bolso de Chanel construido con Astroturf; y los cinturones de cadena se adornaron no sólo con dobles C doradas, sino con fotos enmarcadas de Coco Chanel en los años 20 y 30. ¿Y el broche final? Lagerfeld rindió homenaje a una foto de Mademoiselle sobre los hombros de la estrella del ballet ucraniano Serge Lifar haciendo que las modelos, cubiertas de perlas, desfilasen por la pasarela.
Por su parte, puede que Robbie llegara a la alfombra roja con sus propios zapatos de tacón, pero el look no dejó de ser una refrescante limpieza de paladar tras meses de moda dulce y sacarina por parte de la estrella. Más de esto, por favor.
Artículo publicado previamente en British Vogue, vogue.co.uk
