Vogue Belleza

Macarena Achaga en la portada de Vogue Belleza: “Reencontrarte contigo y todas las veces ser tú, es la belleza real”

El reflejo de una estrella en constante evolución, la actriz Macarena Achaga se convierte en una musa de inspiración absoluta para nuestro suplemento de Vogue Belleza.
Macarena Achaga portada Vogue Belleza abril 2024
Fotografiado por Karla Lisker, Vogue México, Abril 2024.

Es la última semana de febrero en la Ciudad de México y voy caminando por la colonia San Rafael, paso por sus galerías y calles estrechas, casi siempre ensombrecidas por la vegetación y la sensación de humedad que por las mañanas en ella habita. Pero es un miércoles soleado, son cerca de las tres de la tarde, y estoy a punto de entrevistar a Macarena Achaga.

Desde hace tiempo la sigo en Instagram y en una ocasión la había visto a lo lejos en un evento, vestía de Rabanne. La primera impresión que tuve de ella fue la misma que me surgió en el estudio de amplios techos donde ahora nos encontramos: sus rasgos felinos y ojos cristalinos no pasan desapercibidos, mucho menos ahora que los lleva delineados con un cat-eye intenso y difuminado hacia las esquinas.

Vestido de Rabanne; pendiente de Vhernier; brazalete de Misho.

Fotografiado por Karla Lisker, Vogue México, Abril 2024.

La encontré descansando en una silla bajo la luz natural que entraba por la ventana del estudio. Coincidía que esta vez también vestía de la firma del diseñador de origen vasco, uno de los creadores del movimiento Space Age que saltó a la vista del mundo por su habilidad para confeccionar moda con metal, plástico y otros materiales antes de trasladar su legado a las fragancias a finales de los 60, decisión con la que logró un rotundo éxito. Es fácil imaginar a Macarena Achaga como una de las musas de Rabanne, con su cabello largo y castaño. Se muestra enérgica, pero no desprende el tipo de energía exaltada, sino una más dirigida. Antes de iniciar nuestra conversación, se mueve al otro lado del salón caminado en tacones para revisar y opinar acerca del vestuario, interactúa y pregunta a los demás si ya han comido, luego pide cambiarse y regresa con una sudadera y pantalones deportivos holgados.

La segunda coincidencia de esa tarde es que estamos en el mismo mes, aunque un año después, de la fecha en la que Paco Rabanne falleció en Francia a los 88 años. En los tesoros ocultos de internet se puede encontrar un audio de una entrevista que tuvo con el periodista Julio Sánchez Cristo, en la que se le escucha decir que “los vascos hablan con el corazón”. Y hablando de personas que parecen no ocultar nada, me encuentro frente a Macarena Achaga, una mujer que desde el inicio se expresa cautelosa, aunque directa y clara sobre su forma de pensar y de ver la vida. Cuando se pronuncia sobre sus inicios como actriz, o sobre sus logros, sube la mirada.

Top de The Great Eros; pin de pelo, de Jill Platner; brazaletes como coleteros, de Misho.

Fotografiado por Karla Lisker, Vogue México, Abril 2024.

“Siempre he sido una persona que he tratado de disfrutar los procesos hasta llegar a la meta, pero sí creo que ha sido un camino sumamente largo y sacrificado que la mayoría de las personas no logra ver”, reconoce. Ahora puede darse cuenta de que ese camino no ha sido lineal, pero su gran ventaja fue que estaba decidida a que la actuación fuera la única vía hacia sus metas. “Siempre hablo de mi intuición, es la que me ha traído hasta aquí”. Me queda claro que ese sentido nace de su interior porque sus padres son arquitectos, y aun a miles de kilómetros de distancia, su familia siempre ha sido su pilar más importante. “Siempre me apoyaron y me permitieron explorar todas mis rarezas y eso hizo que yo pudiera tomar la decisión que tomé y estar acompañada”. Las bases que le inculcaron son sólidas. “Tengo la ética de trabajo que tengo, la autoexigencia y el perfeccionismo, porque en mi casa me pulieron esas cosas”.

A la fecha, su papel en Luis Miguel, la serie (2018), La ira de Dios (2022) y una versión actualizada de Father of the Bride (2022) son algunos de los hitos que han marcado su trayectoria. Aunque el proyecto que le ha dejado una huella imborrable es Juliantina, que surgió de Amar a muerte (2019) “y todo lo que pasó en ese momento de mi vida porque siento que ahí también empiezo a construir mi familia de social media”.

Ahora se encuentra grabando una nueva serie que se transmitirá en HBO. Seguimos conversando, sentadas de frente en un sillón y Macarena se expresa desde un lugar cada vez más introspectivo sobre uno de los propósitos de su vida. “Yo creo que es darle voz a las historias de más personas que resuenen conmigo, pero que a la vez, capaz estoy ayudando a contar una historia que alguien más no puede contar”, reflexiona.

Consciente de que goza de una plataforma con impacto en los demás, conoce la gran responsabilidad que aquello conlleva, pero al mismo tiempo se adentra en una vida normal en la que la fama viene por sentada como un aspecto inherente a su profesión, pero no a su manera de ser: Macarena hace terapia y trabaja su parte espiritual desde joven.

Vestido de Rabanne; zapatos de Gianvito Rossi.

Fotografiado por Karla Lisker, Vogue México, Abril 2024.

Vestido de cota de malla usado como tocado, de Rabanne.

Fotografiado por Karla Lisker, Vogue México, Abril 2024.

En sus redes sociales es auténtica y genuina. “Me daría mucha vergüenza no ser la que se muestra, me molestaría mucho, creo que debe ser agotador. Si no te gusta quién eres, creo que es mejor que uno trabaje en realmente cambiar los aspectos de la persona que a uno no le gustan. Alguna vez me tocó hacerlo y creo que ahora, en general, estoy muy satisfecha con el trabajo personal que he hecho”. Eso la ha llevado a ser una persona consciente del autocuidado en todos los aspectos de su vida, principalmente en los que tienen que ver con sus relaciones de pareja y amigos.

“Yo tengo la teoría de que tienen que funcionar con el máximo 20% de tu energía. Es una regla que yo tengo, porque la vida demanda muchas cosas. Mi trabajo demanda a veces el 80% de mi energía, luego yo necesito un 10% sí o sí para cuidarme de mí misma y si la otra persona que me va a acompañar en mi vida, particularmente una pareja, no puede funcionar con el 20% cuando yo esté totalmente enfocada en trabajo, mi pareja se va a caer”. De ahí que “los amigos cactus”, que metafóricamente son los que requieren poco riego, pero siempre están, son los que permanecen a la par de su vida.

La magnética fragancia de Rabanne que explora el poder de notas como el jazmín o el mango, tiene un espíritu de ímpetu rebelde en Fame Intense, Eau de Parfum intenso, que se conjuga con el poder de un trío de incienso y crema de sándalo, perfecto para explorar el poder de la dualidad femenina.

Fotografiado por Karla Lisker, Vogue México, Abril 2024.

En su tiempo libre busca hacer las cosas más cotidianas. Cuando le pregunto qué hace cuando no está trabajando, suspira con emoción y sonríe. “Me da mucha paz que las cosas estén ordenadas y limpias, me pongo a ordenar y a limpiar cositas”, responde con absoluta sinceridad. “Escuché por ahí que cuando ordenas las cosas afuera, las cosas adentro se acomodan”. Una idea que no se aleja de su visión de la belleza. “La apariencia cambia en el tiempo, entonces creo que reencontrarte contigo, a lo largo de los años, y todas las veces ser tú, es la belleza real, porque vamos cambiando. Un concepto de belleza estático me parece difícil de lograr, lleva a cosas que no están tan chidas”. Reencontrarse con ella misma le implica recurrir a los recuerdos que la invaden de felicidad, y estos le llegan a través de los aromas.

Vestido de Rabanne; pendiente de Vhernier.

“Los olores me remontan en los años. Hace poco olí Black XS, que usaba cuando iba a la escuela, y para mí fue una locura volverlo a ver; de repente, sentí que estaba en el salón de clases”. Ahora su perfume favorito es Fame. “Es el que uso ahora, me recuerda mucho a un viaje que hice a París”. Una fragancia que mezcla notas de jazmín, mango e incienso, contenida en un frasco que evoca uno de los vestidos de metal, insignia de Rabanne: el diseño en forma de aros que se unen en caída de cascada. El mismo con el que ahora Macarena Achaga posa con una actitud tan jovial como el aroma que lleva. “Es muy fuerte cómo evolucionan las cosas”, expresa, y nuevamente, las conexiones con su pasado reiteran que la actriz siempre tuvo cerca su presente.


En este reportaje: peinado, Alexander Anton; maquillaje, Gustavo Bortolotti; realización: Valentina Collado y Karina González; asistentes de foto, Francisco Pérez y Brandon Tellez; asistentes de moda, Trevor McMullan y Óscar Barragán.