Las mariposas monarca son fascinantes. Son criaturas frágiles y, aún así, migran desde el este de las Montañas Rocosas, al sur de Canadá, hasta sus sitios de hibernación en territorio mexicano, en Michoacán y el Estado de México. Son muchos quienes han sentido admiración por estos insectos que no solo tienen una fuerte carga simbólica de resiliencia, también están relacionados con la cultura mexicana.
Hubo alguien en nuestro país que entendió la trascendencia de las monarca, el activista Homero Gómez González, conocido como “El Guardián”, fue un título que se ganó a pulso, pues durante su vida se convirtió en uno de sus más incansables defensores como director de una reserva natural ubicada en El Ejido El Rosario del municipio de Ocampo, Michoacán.
Han pasado cuatro años desde que Gómez González desapareció y, posteriormente, fue declarado muerto en enero de 2020. No es una historia aislada, es uno de los muchos activistas ambientales asesinados en México. Tan solo en 2021, Global Witness, la ONG que trabaja en contra de la explotación de recursos naturales, reportó que nuestro país tuvo la mayor cantidad de asesinatos en el mundo.
Gracias al documental de Netflix titulado, El guardián de las monarcas, la labor de Homero permanece vigente para quienes ya la conocían y también, para aquellos que no sabían sobre el alcance de su activismo. Dirigido por Emiliano Ruprah de Fina, periodista de guerra que también ha documentado producciones relacionadas con el medio ambiente, el proyecto cuenta la historia de la desaparición de Gómez González y todos los hechos que llevaron a ella.
Hay una buena razón por la que este documental debe atención mediática. La producción destaca por la manera en la que revela la conexión de los delitos ambientalistas con el crimen organizado y las redes del narcotráfico en nuestro país. La conclusión de su narrativa es simple: ninguna problemática es ajena a otra, Michoacán es un territorio importante para el asentamiento de los carteles de drogas en México, pero estos no solo se dedican al tráfico de sustancias ilegales, sus actividades delictivas también incluye la tala ilegal de árboles que deviene en la afectación de los bosques donde las mariposas hibernan y también en otras problemáticas como los cambios de uso de suelo ilegales a raíz de la quema de residuos ocasionados por la tala, a su vez, las plantaciones ilegales de aguacate son regadas a partir de ollas de agua, es decir, la extracción irregular de un cuerpo de agua. Todo es una cadena y el activista la hizo demasiado notoria ante medios internacionales, con la finalidad de obtener atención del gobierno para detener la tala ilegal.
"Quienes tengan la oportunidad de ver El guardián de las monarcas, se lleven consigo una foto completa sobre la actual crisis medioambiental y cómo intereses privados y criminales se benefician de la explotación de recursos naturales, haciendo cada vez más difícil la protección ambiental y la labor de activistas y defensores", explicó el director del documental, quien conoció a Homero Gómez Gonzalez durante una investigación que hizo en 2017 sobre animales migratorios.
A través de testimonios de familiares, personas que trabajaban con Gómez González y de las autoridades que participaron en la investigación de su desaparición, la producción también expone la impunidad, las sospechosas circunstancias bajo las que no se supo más de él y cómo las conclusiones de su muerte, reportada como una “asfixia por sumersión”, no coincide con las condiciones bajo las que fue hallado su cuerpo.
El guardián de las monarcas es una historia triste, pero real y necesaria. Cada año, más de 200 mil turistas acuden a presenciar el descanso de las monarcas en El Rosario y es gracias a Homero Gómez González, este documental mantiene viva su obra.
El guardián de las monarcas llega a Netflix el 9 de mayo, después de ser proyectado en las salas de Cinemanía del 2 al 8 de mayo.
