¿Qué sigue para Christopher von Uckermann? El cantante habla sobre su futuro (y el de RBD)

Tras el final del Soy Rebelde Tour, el cantante habla sobre lo que viene para su carrera como solista y también, si hay futuro para RBD.
Christopher Uckerman de RBD
Luis de la luz.

Ya sea que creas en la astrología o no, siempre es curioso encontrar personas con un carácter que se adapta al elemento al que corresponde su signo zodiacal. Christopher von Uckermann, por ejemplo, es Libra, del elemento del aire. Y al hablar con él, es muy evidente que se trata de alguien que sabe fluir, ni siquiera es que lo sepa, simplemente se le da. “Creo que eres muy bueno soltando”, le digo mientras conversamos en una calurosa tarde, unos cuantos meses después de concluir su gira con RBD, “tengo mucho aire por eso no sé mucho de apegos”, responde sonriendo.

Lo que nos lleva a este punto de la conversación es el hablar del momento en el que se encuentra ahora y qué sigue para él después del éxito del Soy Rebelde Tour. Pero no es posible tocar ese tema sin antes dejarlo muy claro: Christopher y los miembros de RBD, son más que “los miembros de RBD”. Como nos pasó a los que escuchamos su música en nuestra niñez, ellos también crecieron y con eso vienen lecciones, pero también el gran privilegio y responsabilidad de la independencia. En términos profesionales, el cantante de 37 años la descubrió a través de convertirse en director creativo de la gira que atravesó por Estados Unidos y Latinoamérica. “Trabajamos un show que RBD nunca tuvo, éramos parte de un gran engranaje. Ahora [estuvimos] no solo en la parte creativa, sino también desde la parte de productores, dueños de nuestro negocio, con unos retos grandes que tuvimos en el camino definitivamente, pero pudimos tener esa liberación creativa y ejecutiva”, cuenta sobre el trabajo detrás de los más de 40 conciertos que el grupo ofreció el año pasado.

Luis de la luz.

Si el corazón de RBD –que son sus cinco miembros actuales– se involucró creativamente y como realizadores de en su esperado regreso, es muy claro el por qué los fans nos reencontramos con un proyecto que se sentía tan cercano, pero también de gran calidad. “Logramos un show mucho más completo que puede competir con los shows que hay hoy en día, esa era nuestra visión: llevar RBD a otro nivel y darle el lugar que nunca tuvo en el pasado, sí [lo tuvo] desde el amor de los seguidores, pero no a nivel producción”.

Mientras el grupo se encontraba de gira, Christopher von Uckermann, Christian Chavez y Maite Perroni, Dulce María y Anahí fundaron su propia compañía productora, Souls Productions. Él lo describe como “el paso necesario para tener el control completamente”, y tiene sentido. Mucho se ha hablado de las condiciones de trabajo desiguales que RBD tuvo en el tiempo que permaneció activo desde su origen en 2004. Para Christopher, convertirse en productor ha sido una forma de sanarlo: “Lo que te va a dar más paz mental como artista es ser dueño de tu barco 360. Hay mucha gente en el medio, sigue existiendo esa gente aprovechada y RBD es un gran gigante que también fue muy abusado en el pasado, porque todos querían un pedazo de pastel y no todos tienen la misma intención desde el amor. RBD es los seguidores, incluso cuando nosotros no estamos ahí, ellos están alimentando el alma de ese gran gigante”.

Para Uckermann, la escuela musical más grande ha sido la de pertenecer a un grupo pop que trascendió más allá de las fronteras y el tiempo. El cómo ha llevado su carrera más allá de esta experiencia es otro ejemplo de la fluidez que lo caracteriza. “RBD me abrió las puertas al mundo y decir: ‘ah, pues comencé actuando, pero tal vez no necesariamente lo quiero hacer toda la vida’, descubrí la música en forma y dije: ‘puedo componer, puedo armar universos en el escenario’”.

Luis de la luz.

Ese el siguiente paso natural en su camino: “armar experiencias para la gente”. Pero no empezará desde cero, Christopher von Uckermann no ha parado de crear, incluso después del final de RBD en 2008. Para 2010 lanzó su primer álbum solista, Somos, al que le siguieron La revolución de los ciegos (2017) y Sutil Universo (2020), mientras intercalaba su carrera musical con proyectos en el cine y la televisión. Los temas recurrentes en su música han sido la espiritualidad, conectar con otras almas, con el universo; y ahora que terminó la gira del reencuentro de RBD, desea explorar un espacio mucho más íntimo: “Lo que la gente podrá conocer es una parte que nunca he abierto al público, es una parte muy personal de mis vivencias, eso nunca lo he contado y lo estoy contando por primera vez, es la parte más honesta”, dice sobre su próximo proyecto musical como solista.

Aunque no habla sobre una fecha de lanzamiento o el nombre del álbum, Christopher cuenta sobre seguir explorando un sonido pop, “pero es mucho más musical, estoy tocando la batería de las canciones”. El cantante se encuentra en una especie de ebullición creativa, “me gusta mucho bailar, me sigo preparando, tocando más la guitarra, el piano, porque quiero poder aterrizar todo lo que imagino”.

Cuando el interprete dejó de cantar sobre ser el “futuro exnovio” y dio el salto como solista para cantar sobre “crear el futuro juntos en armonía” (letra de su tema Sinfonía de 2010), era un mundo diferente, una industria diferente. No era tan común escuchar proyectos musicales, y menos en español, que hablaran sobre el despertar de la consciencia. Ahora, 14 años después, Christopher se encuentra con un público que ha madurado: “En el pasado hubiera sido más difícil conectar muchas cosas y ahora como están los tiempos, siento que es más al clavo lo que quiero decir. Lo vi en el show, la gente conecta más, está mucho más abierta a otro tipo de ideas. Quiero innovar definitivamente la música y seguir creciendo y creo que puede ser con un público de RBD y tal vez un público que no escucha RBD. Puede ir por esos dos rumbos, es para todos, muy universal”, cuenta sobre su siguiente lanzamiento.

Me doy cuenta de que hablar de música con él, nos devuelve varias veces al grupo que le dio reconocimiento mundial y es algo con lo que ha hecho las paces, tanto así, que no se cierra a la posibilidad de un futuro con RBD, sobre todo ahora que sabe lo que es ser piloto de la nave: “RBD es un ser complejo en cuestión organización, pero no se siente que se haya cerrado el ciclo, no sentimos que el Estadio Azteca haya sido el último concierto, no se sintió como despedida porque evidentemente hay muchos países a los que no hemos ido. Hemos estado en pláticas de futuros proyectos como [un] documental, conciertos, todas las cosas que podemos hacer. Una segunda fase [de la gira], yo creo que si se acomoda todo, es muy posible que suceda, si se acomodó la primera vez, no veo por qué no se acomode una segunda vez. Lo dijimos hace poco: es como si el inconsciente colectivo hubiera pedido una gira y sucedió, que pidan la segunda, a ver qué pasa…”, mientras tanto, Christopher von Uckermann seguirá fluyendo.