Camila Mendes tiene un tatuaje en la costilla en el que se lee la frase “to build a home” (construir un hogar) con letra cursiva. Es eso lo que está haciendo precisamente, y no un hogar en el sentido más literal de la palabra, sino de forma simbólica, encontrando un lugar seguro para su creatividad. Un mes después de cumplir los 29 años, en 2023, se estrenó la última entrega de Riverdale, la serie de televisión de CW donde interpretó el personaje de Veronica Lodge durante siete temporadas. Me parece fascinante que describa esta casualidad como una serendipia, de esos acontecimientos valiosos, pero casuales que ocurren de vez en cuando en la vida. Mendes desea “ir más profundo y hacer un trabajo más significativo”, se despidió de un personaje de temática marcadamente adolescente justo a tiempo para entrar a los 30, una edad que colectivamente se relaciona con el rumbo a la plenitud (lo que sea que eso signifique). Su historia resuena conmigo, tal vez es porque, como ella, cumplo 30 este año, aunque claro, no es que yo me haya pasado todos mis 20 actuando en un set de televisión, pero si hay algo que Camila puede enseñarle a las mujeres en etapa de transición es el encontrar y adueñarse de su propia voz.
Camila Mendes está construyendo, “sin pausa, pero sin prisa”, como dice la canción de Rosana. Riverdale, que inició en 2017, fue su primer trabajo en televisión y su transformación es evidente. Tras papeles en películas como New Romantics, Palm Springs, Dangerous Lies y Do Revenge, dio un paso que cada vez es más natural para intérpretes en la industria: contar sus propias historias y producir. En 2024, debuta como productora en los filmes Upgraded y Música, en las que también actúa, pero fue un largo camino para decidirse a trabajar detrás de las cámaras. “Si me hubieras preguntado si quería ser productora en los primeros años de Riverdale, te hubiera contestado: ‘no, solo quiero ser actriz, no quiero hacer nada más’”. Puede que otra de las serendipias de su vida sea que su formación en la Universidad de Nueva York no solo la preparó para ser actriz. “Cuando fui a la escuela de actuación de la NYU, esta se enfocaba en varios caminos, no era solo actuar, era dirigir, escribir, diseñar, producir, era de todo. En ese tiempo me molestaba mucho, porque solo quería ser actriz y sentía que todo lo demás era una pérdida de tiempo y obviamente no lo era, porque años después y con toda esta experiencia en mi haber al estar en Riverdale, me fui de ese programa dándome cuenta de que tenía mucho más conocimiento, experiencia y sabiduría sobre crear, de lo que me daba crédito”.
Algo pasa cuando miras atrás y te das cuenta de todo el camino que has recorrido en tus 20s, la seguridad adquirida se vuelve casi palpable. Hablo sobre eso con Camila y le pasa lo mismo cuando piensa en su tiempo como estrella de televisión. “Siento que después de Riverdale puedo hacer lo que sea porque, ¿qué no hicimos en ese show?”, asegura con firmeza, “me siento tan preparada para lo que viene, por eso ahora que estoy entrando en este rol de productora, me emociona mucho crear proyectos y papeles que se sientan emocionantes para mí. Esta es la primera vez en mucho tiempo que he tenido la libertad de tomar nuevas decisiones y tomar autonomía sobre mi vida”. Es una nueva era para Camila Mendes y es emocionante escuchar a una mujer joven tan determinada, con una brújula invisible, pero precisa para embarcarse en nuevos proyectos.
Mendes produjo Upgraded y Música casi al mismo tiempo, “lo que ocurrió fue que aprendí a hacer malabarismos con ambos”, recuerda y, aún así, lo describe como “algo hermoso”. Camila sabe sacar provecho de la adversidad. Upgraded, que se estrenó en Prime Video en marzo de este año, es una comedia romántica con la que te quedas con la sensación de haber pasado un buen rato (se ha hablado mucho últimamente de que estamos ante el resurgimiento del género). Después vino Música, en la misma plataforma, una cinta musical que no es ni la típica comedia romántica, ni el típico musical. Ambas son refrescantes, en ambas Camila interpreta personajes de trasfondos latinos, pero Música es la que le recuerda al público las raíces brasileñas de la actriz; se trata de una historia creada, dirigida y protagonizada por Rudy Mancuso (pareja de Mendes, quien también posee raíces brasileñas), donde se cuenta la experiencia de un joven con sinestesia, perteneciente a una familia inmigrante de Brasil viviendo en Nueva Jersey.
Mendes nació en Charlottesville, Virginia, pero sus padres son brasileños, y aunque tiene raíces en esa tierra, no es extraña a ella, de hecho, cuando cumplió 10 años, se mudó un tiempo a Brasil junto a sus padres. Recuerda los almuerzos en familia, el sentido de unión, “extraño esa experiencia, fue la primera vez que pude vivir entre mi familia extendida y comprender el valor de la comunidad familiar”, admite. En Música interpreta a Isabella, el primer papel que exalta su ascendencia (curiosamente, los personajes que ha tenido antes como latina, no hablan de la experiencia brasileña). Ha sido un trayecto repleto de multiculturalidad hasta llegar a este punto en el que se aventuró con un rol que representa una parte importante de ella.
Fue una niña nómada que se mudó más de 10 veces durante su infancia y adolescencia, debido al divorcio y trabajo de sus padres. Vivió en Virginia, en Atlanta, en Brasil y su mapa sigue hasta Florida del Sur, donde por fin pudo echar raíces, por lo menos desde el sexto hasta el duodécimo grado de escuela.
Al crecer en el sur [de Estados Unidos], era la única chica brasileña en mi clase y era probablemente una de las pocas chicas latinas. Una gran parte de mi vida sentí que no podía aprovechar mi cultura porque no tenía nadie con quien compartirla. No fue hasta que me mudé a Florida del Sur que empecé a conocer chicas de mi edad que fueran brasileñas y no solo brasileñas, sino chicas que venían de distintos rincones de Latinoamérica: colombianas, venezolanas, ecuatorianas... estaba rodeada de cultura latina, recuerdo que empecé a abrazar mi cultura brasileña y a sentirme más cómoda expresando esa parte de mí misma”.
Dice Camila que aprendió a hacer malabarismos al producir dos películas simultáneamente, pero me doy cuenta que lleva haciendo malabares desde niña, yendo de un lugar a otro, adaptándose, siendo resiliente. Por eso, no es raro que esta experiencia le haya ayudado a dedicarse a la reescritura de algunas partes de los libretos de ambas cintas, entre escenas, intercalando la actuación con el trabajo detrás de cámaras. En Música, Mendes le dio forma a los personajes femeninos, a Isabella y Haley, interpretada por Francesca Reale. Me cuenta que Rudy Mancuso fue muy abierto al respecto: “[El decía] puedo hacer hasta donde pueda como hombre, pero necesito que vengas y me ayudes a aterrizar estos personajes” .
¿Otra serendipia de su vida? Mendes conoció a Mancuso gracias a Música. “Siento como si lo conociera de hace mucho tiempo, tal vez porque hay mucha familiaridad en la cultura compartida. Tenemos experiencias tan compartidas, perspectivas compartidas de la vida y valores muy similares, las líneas se difuminaron de una manera realmente hermosa en la que nos conocimos frente a la cámara y al mismo tiempo nos conocimos fuera de la cámara. Fue, de hecho, sorprendente, fácil y natural, que es como creo que se supone que debe ser”, dice sobre su relación.
El ex creador de contenido de la extinta plataforma conocida como Vine, hizo con su ópera prima una carta de amor a su propia latinidad, una con la que Mendes espera que otros inmigrantes se identifiquen. “Lo más importante en términos de la experiencia brasileña-estadounidense y lo que debe ser contado sobre ella aplica a cualquier hijo de una familia inmigrante, hay una dualidad que puede hacerte sentir que no perteneces a ninguna comunidad, cuando sientes que no perteneces puede ser muy solitario, así que espero que la gente pueda ver esta película, se relacionen con tener esa dualidad y se sientan menos solos”.
Más allá de una relación sentimental en la que Camila Mendes encontró a un auténtico compañero, lo cierto es que su incursión como productora le ha dado lecciones sobre defender su voz. Ha estado en situaciones a las que muchas mujeres profesionales se han enfrentado. “Como actriz, y más como actriz latina, las personas realmente dudan de tus capacidades. He experimentado mucho que la gente me subestima, [hay] gente subestimando mi inteligencia, mis opiniones creativas. Hay esta pelea constante de tener que probar que lo que dices es válido y aprender a escoger tus batallas”. Mendes no aprendió a hacerse escuchar de la noche a la mañana, admite que se ha preguntado si su conocimiento es real, si está “preparada” con todo lo que se necesita… y claro que lo está. Durante siete años actuó en televisión sin parar, adaptándose a nuevos directores, nuevos creativos, nuevos equipos todo el tiempo, “he sido una esponja absorbiendo cada experiencia cada día”, recuerda sobre sus días como Veronica Lodge, “es una experiencia única que solo algunas personas han tenido y no podrían saber todas las cosas que yo he aprendido”. Aún así, está el desencanto de sentirse minimizada: “He experimentado que estoy trabajando con un equipo de personas que me dicen que aquello que me preocupa no es una preocupación y luego, dos meses después, es una preocupación, y tienes que morder tu lengua silenciosamente en tu mente, [diciendo] ‘les advertí sobre esto, pero no me respetaron lo suficiente en ese momento para valorar mi opinión’”.
En esta parte de nuestra conversación, escucho a una mujer tan sólida que es imposible no sentir admiración, “para ser justa, estoy trabajando para lograrlo, [para] sentarme en la mesa como productora, todavía estoy probándome a mí misma y eso está bien, no me importa tener que ganármelo: sé que toma trabajo y tiempo”. Rumbo al final de la charla, entiendo con más claridad el significado de su tatuaje, aunque no me lo diga. Es claro que la actriz quiere algo suyo, algo que englobe toda su historia, incluyendo sus raíces. “He estado trabajando en juntar las últimas piezas para lanzar mi propia compañía productora con Rachel [Matthews, su mejor amiga de la universidad, que también es actriz]”. A Upgraded y Música se sumarán otras dos producciones de las que aún no puede hablar demasiado, “ambas son de cineastas primerizos, pero hay mucho entusiasmo por darle el micrófono a estas nuevas voces”. Camila Mendes cumplirá 30 años en junio y todo apunta a que será una gran etapa. “Creo que como mujer simplemente se pone mejor. La mayoría atraviesan sus 20 años tratando de complacer a todos y manteniéndose alineadas con estándares imposibles. Creo que mis 30 traerán más sabiduría, madurez y audacia, tengo muchas ganas de eso”. Camila está lista para abrazar quién es.
En este reportaje: peinado, Erol Karadağ/ MA+ GROUP usando productos de Oribe; maquillaje, Allie Smith/ MA+ GROUP usando productos de Armani Beauty; manicura, Thuy Nguyen/ A-Frame Agency; asistente de foto, Jorge Solorzano; asistentes de moda, Trevor McMullan y Becky Thompson; iluminación, Nick Tooman; digitalización, Mike Cardiello; diseño de set, Danielle Von Braun; productora ejecutiva, Olivia Gouveia/FAMILY Projects; director de entretenimiento, Sergio Kletnoy; talento, Camila Mendes.
