Desde la temporada pasada, todos en Vogue estamos obsesionadas con la tendencia boho. El editor José Criales-Unzueta fue el primero en intuir el regreso de esta estética de los años 90 tras analizar las joyas que aparecieron en las pasarelas de Primavera-Verano 2024: “Hay algo que decir sobre la joyería que se ve y se siente con los pies en la tierra. Se trata de encontrar un equilibrio estético y metafísico”, escribió, como solo él sabe hacerlo.
Así fue como la primera colección de la diseñadora Chemena Kamali para la firma Chloé también nos mostró perfectamente esta premisa, con sus vestidos boho de volantes de gasa que iban sobre botas y con cinturones de tachuelas doradas, que caían sobre la cadera y se convertían en el uniforme oficial de la Primavera-Verano 2024.
¿De qué va realmente la tendencia boho en Primavera-Verano 2024?
La tendencia boho había regresado. Pero fue la propia Kamali, con una sedosa blusa boho abotonada de color claro, unos jeans acampanados de aire vintage y unos tenis retro (¡con velcro!) lo que hizo que esta tendencia resultara totalmente irresistible en esta temporada.
Daba la sensación de que los espectadores queríamos ponernos la ropa una vez que terminara la pasarela y quizás también queríamos canalizar parte de esa actitud despreocupada y desenfadada que ofrecía la diseñadora.
Cuando salió a hacer su reverencia ante el público y su hijo corrió hacia ella, Kamali lo tomó en brazos, lo abrazó, lo puso en el regazo de un miembro de su familia y continuó su recorrido por la pasarela sin perder el ritmo, vaya, se trata de una mujer que tiene todo bajo control… ¡Todo!
En una entrevista publicada antes de su debut con Chloé, Kamali también mencionó que colecciona blusas boho vintage: tiene “600 ó 700”, y están “organizadas por colores”, empezando “por el blanco y el blanco hueso y siguiendo por los beiges y los tonos rojos. Si hay algo muy Chloé, es la blusa”, fue lo que le dijo a mi colega Mark Holgate.
¿Cómo llevar una blusa boho en Primavera-Verano 2024?
Y sí, debemos hablar de la blusa boho. Se trata quizás de una prenda que había caído en desgracia. Ahora compramos camisas abotonadas, camisetas y suéteres de cuello alto. Pero algunas mujeres que deben asistir a oficinas formales todavía llevan la blusa elegante como parte de su vestuario profesional, sin embargo, no siempre es fácil encontrar un modelo que se convierta en nuestro objeto del deseo.
El reciente desfile de Chloé cambió esto por completo. La blusa boho blanca de encaje con volantes (metida dentro de unos jeans bicolor y con zuecos de madera) que Kamali presentó en la pasarela parece dispuesta a convertirse en uno de los imprescindibles de esta temporada, pero para adelantarme a la tendencia, decidí seguir el ejemplo de la diseñadora e ir a las tiendas vintage para buscar inspiración.
A principios de este mes, en la feria vintage A Current Affair que se celebra en Brooklyn, Nueva York, y que reunió a más de 60 vendedores especializados de ropa vintage de todo Estados Unidos, la influencia boho empezaba a tomar forma, pero no de la manera que yo había predicho.
Aunque había un puñado de prendas de archivo de diseñadores que encajaban con lo que yo buscaba (me dejé llevar por una preciosa blusa boho vintage de Yves Saint Laurent con hombros al aire y lunares blancos sobre negro), eran las piezas antiguas, como las pequeñas blusas victorianas y eduardianas de algodón y encaje y los vestidos con volantes semitransparentes de los años veinte, treinta y cuarenta, las que me parecían esenciales para añadir a mi armario en este momento.
“Cuando empecé a vender ropa vintage hace cuatro años, todo lo que tenía era de los años 30 y 40, como blusas y vestidos eduardianos”, me cuenta Michael Phillips, de Toots Vintage, "y de ahí evolucionó a esta especie de resurgimiento del efecto de los 2000, y ahora siento que está ocurriendo un fenómeno algo más relajado, y estoy recuperando algunas de esas cosas eduardianas que solía vender. Los vestidos diáfanos de seda y satén de todos los colores del arco iris (algunos teñidos a mano) que llenaban sus percheros tenían menos volantes que los de la firma francesa Chloé, pero casi el mismo aire despreocupado.
Rachel Cubra, que dirige Here Studio California, también ha notado el lento pero constante auge de la moda boho: “He notado que ha vuelto en la forma de vestir de la gente, pero yo vivo en California, así que es un poco diferente que lo que vemos en Nueva York”, me explica. “Siempre he vendido blusas y piezas de gasa, pero mientras que antes había un gran auge de combinar jeans con una blusa de gasa, ahora veo a mujeres que llevan vestidos etéreos y que se ven ultra femeninas”.
Para Jeanna Johnson, que dirige SwaneeGRACE desde 2006, su tienda es un reflejo de sus gustos personales, que casualmente son muy boho chic: “Antes trabajaba en Bergdorf Goodman y oía mucho eso de ‘¿llevas un Chloé, parece uno?’”.
En A Current Affair, Johnson tenía un estante lleno de vestidos y blusas boho en tonos blancos y beiges, con todo tipo de texturas y acabados: Suntuosos modelos de jacquards, bordados con cordones y encajes. Aquello era el paraíso boho: “Tenía un montón de blusas de seda y encaje realmente preciosas de los años 70 y se vendieron todas”, señala, “según mi experiencia, todas esas preciosas [blusas] de esa época nunca han dejado de ser codiciadas, por lo que las realmente buenas se han vuelto mucho más difíciles de encontrar en el mercado actual”.
Sin embargo, yo estoy lista para asumir el reto.
Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com.
